Opinión

Al final se va de rositas

Francisco Correa se va de rositas. Tanto ruido por la trama Gürtel y al final le va a salir prácticamente gratis. El líder y cabecilla de uno de los casos de corrupción más escandalosos en la historia reciente de España estará dos años más entre rejas y saldrá a la calle gracias al tercer grado en régimen de semilibertad. El pacto con la Fiscalía Anticorrupción le ha sido más que beneficioso para él. A los ojos de muchos españoles —que esperan que este tipo de casos sean castigados con dureza y ejemplaridad— seguro que, cuanto menos, será una resolución cuestionable. Correa debe estar muy agradecido a su abogado, que ha conseguido rebajar la condena muy por debajo del mínimo esperable.

El Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TJCV) había condenado a Francisco Correa a 13 años de prisión por la «rama valenciana» de Gürtel. Un caso específico que contenía numerosos delitos: asociación ilícita, prevaricación, tráfico de influencias, malversación, falsedad y cohecho. Todo ello comprendido de 2005 a 2009. Un lapso de tiempo a tener muy en cuenta. Si el Tribunal Supremo acepta el recurso de casación que ha presentado el letrado de Correa, los atenuantes provocarán una reducción de la condena que la dejará prácticamente en nada. Por muy «positiva» que haya sido la declaración del cabecilla, tal y como ha dicho el propio fiscal, la pena resulta demasiado laxa.

Correa ha tratado de descargarse de la máxima responsabilidad posible atacando al Partido Popular. Tratando de convertir a unos pocos —los que incurrieron en actividades ilícitas— en la dinámica general del partido. Nadie niega que el PP tenga que hacer una profunda reflexión sobre todos los casos de corrupción que han surgido en su seno, pero generalizar es un completo error. Afortunadamente para la formación de Génova 13, la rigurosa gestión de Mariano Rajoy ha hecho que esta grave lacra sea ya una cosa del pasado. Un pasado del que Correa no puede tener mucha queja a tenor de la exigua pena que tendrá que cumplir con casi toda probabilidad.