Opinión

¿Dónde están ahora todos los ojos que antes estaban en Rafah?

«Todos los ojos puestos en Rafah». Probablemente les suene esta campaña de comunicación que se puso muy de moda en Instagram y en TikTok hace unos meses, aunque seguramente les suene en su versión en inglés, que decía «all eyes on Rafah». Por si no la conocen, es una acción de protesta en redes sociales orquestada por la extrema izquierda y por sus tontos útiles de todo el espectro ideológico surgida a raíz de la entrada del ejército israelí en Rafah, que es la zona sur de la franja de Gaza, justo en frontera con Egipto.

Les pongo en contexto. Después del intento de genocidio que ocurrió el 7 de octubre con los atentados que provocaron la mayor matanza de judíos desde el Holocausto, la única obsesión del ejército israelí ha sido devolver con vida a los 240 rehenes que los terroristas de Hamás retenían dentro de la franja para utilizarles como elemento de presión. Según la información de la inteligencia israelí, un número extremadamente relevante de rehenes se encontraban en la zona sur, concretamente en la ciudad de Rafah, precisamente escondidos dentro de la red de túneles a los que se accede a través de los colegios y hospitales que Hamás utiliza como escudos humanos.  Merece la pena que nos detengamos aquí para no engañarnos con el mantra casi convertido en axioma por parte de los colaboradores necesarios del terrorismo: no es casual que haya tantas bajas civiles en el lado palestino. Y la culpa de es de Hamás. Porque a Hamás no le importa en absoluto la vida de sus ciudadanos. De hecho, cuantas más mujeres y niños sufran mejor para su propaganda antisemita. O si no, ¿qué explicación le dan ustedes a que se haya encontrado un arsenal militar que ya querría España para sí dentro de aulas de colegios de educación primaria? ¿Y túneles con misiles almacenados debajo de hospitales? ¿Y rehenes escondidos en áreas residenciales? ¿Creen que son casuales las imágenes de Ismail Haniyeh, líder del brazo político de Hamás que sin paz descanse, sin apenas inmutarse al enterarse de la muerte de su hijo? Quizás el día en el que el terrorismo islámico ame más a sus hijos de lo que odia a los judíos este conflicto entrará en vías de resolución.

En cualquier caso, volvamos a Rafah. La extrema izquierda mundial compartiendo el famoso post preocupadísima por la «invasión» israelí de una zona de paz como Rafah. La zona «de paz» en la que, sorpresa, resulta que se rescató a los dos primeros rehenes que pudieron salir de Gaza. La zona en la que Hamás asesinó a bocajarro hace unos días a seis rehenes que estaban a punto de ser rescatados. La zona en la que la población civil gazatí cómplice de los asesinos mantiene secuestrados entre niños y ancianos a ciudadanos israelíes que llevan ya un año en cautividad.

Si no hubiera sido por la campaña cínica e hipócrita de la izquierda mundial y de sus aliados, que llevaron al cambio de postura de la UE y EEUU, probablemente el ejército israelí habría entrado con más fuerza y determinación en Rafah y hoy decenas de vidas perdidas habrían sido decenas de vidas salvadas.

Es muy fácil hacer activismo antisemita desde el sofá bramando contra las elites capitalistas del mundo o llamando genocida a un Estado que se limita a defenderse de los innumerables crímenes de guerra a los que le someten. Pero ¿saben qué ocurre? Que su cinismo y su hipocresía cuesta vidas. Que ser el tonto útil del terrorismo garantizando que haya zonas a las que no se pueda acceder militarmente en un mal llamado gesto humanitario hace que cada día los 103 israelíes que siguen secuestrados tengan más difícil volver a casa. Con su activismo de pandereta y su lavado de conciencia absurdo perpetúan el mayor racismo estructural que hay hoy en el mundo, que es el antisemitismo sistémico de una extrema izquierda que encima cree que odiar al judío está de moda.

¿Dónde están ahora todos los ojos que antes estaban en Rafah? ¿Pesa sobre la conciencia de alguno de ellos que con su colaboración necesaria el mundo tolere que Gaza sea el epicentro mundial del genocidio contra los israelíes?
Qué vergüenza. Ojalá vuelvan otra vez sus ojos a Rafah.