Cuando los «Sánchez-cu» privatizan Cerler…

Cerler
  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

Se cierra Cerler y se blinda su estación de esquí para que los emperadores del engaño puedan chospar a sus anchas… ¡Todo muy progre y socialista! ¡Todo en beneficio y a mayor honra y gloria del pueblo llano! «¡Qué desvergüenza…!», sostienen vecinos y personas/contribuyentes que han tenido la desgracia de pasar estos días por aquel punto aragonés y coincidir con el dios de la mentira, Pedro Sánchez.

Sólo aquellos dirigentes que tienen pánico al pueblo al que pregonan servir adoptan medidas a las que nos tiene habituados Sánchez & Family en cualquier punto de España. Un día la señora cierra los juzgados de la Plaza de Castilla donde tiene que deponer por causas de corrupción; otro acordonan el Parque de Doñana; a la semana siguiente se blinda el palacio de La Mareta. Sólo quedaba cerrar Cerler, según informaciones de testigos presenciales estos días, para que su Sanchidez & Cía. pudieran hacer que esquían sin ser molestados por los ciudadanos contribuyentes a los que en el fondo consideran plebe.

Supongo que doña Pilar Alegría, su comisaria política para la reconquista de Aragón (¡largo me lo fiáis, amiga ugetista!) habrá informado a su dios/hacedor lo mal que ha sentado el hecho de tener a todo un pueblo constreñido al albur de los deseos de los Sánchez y sus amigos. Así, le va a resultar muy difícil poder sacar de la presidencia aragonesa a Jorge Azcón, que anda afanado en llevar inversión (y lo consigue) a aquella tierra de Joaquín Costa, el regeneracionista.

En este primer post del año me permitirá el lector un desahogo. Llevo fatal, por falso, injusto, maloliente y mentiroso, escuchar a Sánchez y sus muchachos hablar de «gobierno progresista» cuando en realidad es una piñata de antiguallas agrupados alrededor del poder sin haber ganado siquiera unas elecciones. Se trata de un gobierno constituido para repartirse el poder institucional, el dinero que de ese reparto dimana, presumir a costa del contribuyente y ejercitarse diariamente en el engaño y en la risa a costa de los incautos.

Vuelvo a repetir para que no se olvide: conoceremos su verdadera cara cuando por un azar del destino salte de la poltrona a la que se aferra como percebe a la roca.

Prueba de lo anteriormente escrito viene dada por el aumento de impuestos generalizado y el reparto de la pobreza. Mientras derrochan a manos llenas el dinero que no les pertenece.

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