Alimentación y pesticidas

¿Lavar frutas y verduras con agua es la solución contra los pesticidas? No te gustará la respuesta

En 2023, se detectó en España un aumento del 23% de los pesticidas en alimentos

Las certificaciones ecológicas obligan a cultivar sin pesticidas

El criterio de las autoridades reguladoras de pesticidas no siempre coincide con la ciencia

Nuestro actual modelo de producción industrial de alimentos depende de multitud de sustancias químicas artificiales, potencialmente tóxicas y presentes en los pesticidas y fertilizantes más empleados en las explotaciones agrícolas y ganaderas.

El resultado inevitable es la existencia de restos de plaguicidas en buena parte de lo que comemos. De hecho, en 2023, la población española se expuso a, al menos, 130 plaguicidas detectados en sus alimentos cotidianosun 23% más que el año anterior, según los últimos datos de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).

Por todo ello, cada vez más personas buscan diferentes maneras de eliminar, o al menos reducir de forma significativa, los residuos de pesticidas que pudieran hallarse en nuestras frutas y verduras. Una de las prácticas más extendidas consiste en lavar los alimentos con agua de forma concienzuda antes de su consumo.

Residuos en el interior

Pero, ¿de verdad que el agua es la solución? Se lo hemos preguntado a Carlos de Prada, responsable de Hogar sin tóxicos. Su respuesta no ha sido todo lo tranquilizadora que nos gustaría.

Para el periodista y divulgador ambiental, dicho lavado pueda representar cierta disminución en la presencia de sustancias que nos podemos encontrar en el exterior del alimento, pero no sirve contra todos los tóxicos. «Lavar no es, desde luego, la mejor forma de reducir la ingesta de residuos de pesticidas, que son las sustancias tóxicas que más preocupan en este asunto», avisa de Prada.

La causa es que muchos de estos pesticidas penetran en el interior del vegetal. «Por ejemplo, hay pesticidas, como varios insecticidas y fungicidas, que ya están presentes en el exterior de muchas de las semillas comerciales que se ponen a la venta y que son absorbidos por las raíces cuando la planta se desarrolla», remarca el responsable de Hogar sin tóxicos.

Lavar los alimentos que vamos a comer es recomendable por cuestiones de higiene, pero no está tan claro que sirva para eliminar los residuos de pesticidas.

Producción ecológica

De Prada sostiene que la medida más eficaz para eliminar los plaguicidas consiste en consumir alimentos certificados mediante sellos de producción ecológica, como la Eurohoja europea.

«Estos productos ecológicos han sido elaborados sin el uso de pesticidas sintéticos y, por lo tanto, es mucho más difícil que, ya de partida, los contengan», razona el experto.

«Diversos estudios han mostrado cómo en pocos días se reduce espectacularmente la presencia de pesticidas en el organismo de las personas que pasan de consumir frutas y verduras convencionales a hacerlo con frutas y verduras ecológicas», añade.

Peras y naranjas

Según los últimos datos, correspondientes al año 2023, de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés), las frutas y verduras son los alimentos en los que se detecta más presencia de plaguicidas, especialmente las peras y las naranjas.

«Las peras (65%) y las naranjas (64%) fueron los productos alimenticios con los mayores porcentajes de residuos múltiples», asegura la EFSA. «El mayor número de residuos múltiples se detectó en dos muestras de peras: una cultivada en la UE, donde se cuantificaron 14 plaguicidas diferentes por debajo de los valores LMR (Límite Máximo de Residuos). En la otra, cultivada en un tercer país, también se cuantificaron 14 plaguicidas diferentes; uno de ellos mostró un resultado no conforme y el lote no se comercializó», añade.

«De las muestras de 2023, el 70% estaba libre de niveles cuantificables de residuos, mientras que el 28% contenía uno o más residuos dentro de los límites legales. Se superaron los límites máximos de residuos (LMR) en el 2% de las muestras, de las cuales el 1% no cumplían los requisitos una vez tenida en cuenta la incertidumbre en la medición», afirma la autoridad europea.

Control oficial

A la luz de dichos análisis, la conclusión lógica sería afirmar que el riesgo que los pesticidas suponen para la salud es muy bajo. El problema es la falta de control oficial que ocultan estas cifras, sobre todo en el caso de países como España.

Según el responsable de Hogar sin tóxicos: «basándose en datos oficiales, en España se realiza un insuficiente número de analíticas a fin de detectar residuos de pesticidas en los alimentos. Tanto que España, en 2023, que es el último año del que había datos disponibles, estaba muy por debajo de la media europea de analíticas realizadas», recalca de Prada.

«Con sólo 5,18 muestras por cada 100.000 habitantes, España ocupaba un vergonzoso puesto 25 entre los 27 países de la UE. Analizar tan pocas muestras evidencia un mal control de la presencia de estas sustancias tóxicas en los alimentos», insiste el periodista.

Niveles legales

También causa controversia el hecho de que las autoridades reguladoras identifican de forma inequívoca niveles legales de presencia de pesticidas con seguridad para el consumo.

«Básicamente, ponen el acento en que sólo un pequeño porcentaje de las muestras superan las concentraciones legales que ellas afirman que son seguras. Por lo tanto, pareciera que no existe un problema», explica de Prada.

Sin embargo, las investigaciones de la comunidad científica, asegura el experto, van en otra dirección, al señalar que, en multitud de ocasiones, existen riesgos para la salud, aunque no se sobrepasen los valores límite.

Efecto cóctel

Uno de los ejemplos más claros de esta desconexión entre la regulación oficial y las evidencias científicos lo tenemos en el llamado efecto cóctel.

«Las autoridades se limitan a evaluar el riesgo de exponernos sólo a una sustancia aislada cada vez. Cuando la realidad es que no nos exponemos a sustancias aisladas. Nos exponemos, al mismo tiempo, a complejos cócteles de sustancias cuyo efecto combinado puede ser muy superior al de exponernos a cada sustancia por separado», avisa el experto.

Volviendo a los análisis de peras realizados por la EFSA, se trata de un único alimento en el que hallaron restos de 14 pesticidas al mismo tiempo. Pensemos en lo que puede pasar en un menú completo en el que la pera sea, simplemente, el postre.

Disruptores endocrinos

«Otro aspecto que inquieta es que hay pesticidas que se detectan muy frecuentemente en los alimentos convencionales y que podrían ser sustancias disruptoras endocrinas. Sustancias para las cuales la ciencia duda que se puedan establecer concentraciones claramente seguras», resalta el responsable de Hogar sin tóxicos.

«Pese a lo cual, las autoridades han establecido concentraciones para sustancias de este tipo afirmando que son seguras. Probablemente, debamos reflexionar sobre si lo legal y lo seguro son necesariamente sinónimos en ocasiones», concluye el experto.

Recordamos que los disruptores endocrinos son sustancias tóxicas que alteran el equilibrio hormonal del organismo, provocando así, según remarcan numerosas investigaciones científicas, el aumento del riesgo de padecer graves problemas de salud, como ciertos tipos de cáncer, obesidad, infertilidad, diabetes, síndrome metabólico, asma y problemas de neurodesarrollo.