Ni música ni idiomas: la habilidad que deberíamos enseñar a los niños para hacerlos más inteligentes, según expertos

Aunque parece una actividad sencilla, esta puede influir en la mente de los niños más de lo que se suele creer

Niño, sonrisa

Recreación de un niño sonriendo.

La crianza de los niños es uno de los grandes retos para los padres. No se trata sólo de comportamiento o de facilitarles ciertas rutinas, sino también de su inteligencia. Que el niño avance al nivel de su clase, que destaque o que incluso quede por detrás, preocupa mucho. Y ante esa duda aparece una realidad poco comentada: existe una habilidad concreta que ayuda a los niños a ser más inteligentes.

Esa habilidad no tiene que ver con apuntarles a música ni a idiomas. Es algo distinto, reconocido por especialistas y, aun así, muy pocas veces aparece como opción entre las familias.

Esta es la habilidad que puede hacer a los niños más inteligentes, según expertos

La habilidad que deberían potenciar, y que recomiendan desde SkillsYouNeed, es el debate. Este  permite que los niños aprendan a pensar con orden, a defender sus ideas y a escuchar con atención. Según el estudio The effects of in-class debates on argumentation skills in second language education (2021), los debates en el aula mejoran de forma clara la capacidad de los estudiantes para construir argumentos sólidos.

El trabajo analizó a alumnos de secundaria que debatían en un segundo idioma y, aun así, lograron avanzar en la estructura y calidad de sus razonamientos. Los investigadores observaron que, con práctica guiada, los alumnos organizaban mejor las ideas y defendían sus posturas con más precisión. Este resultado refuerza la idea de que el debate es una herramienta educativa con un impacto directo en las habilidades cognitivas.

Por su parte, on Bratt, fundador de Capitol Debate, ha trabajado con miles de jóvenes y describe el debate como un «acelerador» del crecimiento intelectual. En España, Jaume Sarramona destaca que esta herramienta cobra más fuerza en plena irrupción de la inteligencia artificial, porque obliga al niño a razonar sin apoyarse en automatismos.

Sus efectos se notan muy rápido. Los niños ganan pensamiento crítico porque reconocen fallos en los razonamientos y buscan pruebas para sostener sus ideas. Mejoran su comunicación, porque aprenden a hablar con claridad y sin rodeos.

La investigación se convierte en un hábito natural, y defender puntos opuestos despierta empatía y amplitud de miras. Por otro lado, cada debate les obliga a reaccionar, a improvisar con criterio y a encontrar soluciones rápidas, lo que fortalece su capacidad de resolver problemas.

Cómo empezar a implementar el debate en niños

La buena noticia es que no hace falta montar un aula formal para introducir el debate. Funciona muy bien con reglas básicas: respeto, turnos claros y centrarse siempre en las ideas, nunca en la persona. Con eso ya se puede empezar.

Elegir temas cercanos facilita mucho el proceso. Preguntas como «¿debería haber deberes?», «¿es mejor perro o gato?» o «¿los móviles deberían estar permitidos en el colegio?» generan opiniones distintas sin crear tensión. Después, conviene repartir posturas y dar un pequeño tiempo de preparación para reunir tres ideas simples. Animarles a prever qué dirá el otro equipo también ayuda a entrenar su mente.

Un formato breve funciona muy bien: presentación, argumentos, réplica y cierre. No hace falta nada más. Lo importante es la práctica regular. Con cada sesión ganan soltura, se sienten escuchados y descubren que pensar con claridad es una herramienta.

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