TRIBUNA DE OPINIÓN

La logística de la cadena de frío como alternativa al desperdicio alimentario

Raúl Fores Valles, vicepresidente regional en Lineage para el sur de Europa

El aumento de la demanda de fruta en Europa y en España ha puesto de relieve un reto significativo: cómo satisfacer esta creciente demanda sin incrementar el desperdicio alimentario, particularmente en productos perecederos como las frutas.

En un contexto donde millones de toneladas de alimentos se desperdician anualmente en la Unión Europea, encontrar soluciones sostenibles y eficaces es crucial para el futuro del sector alimentario.

Creciente demanda y desperdicio de alimentos

Según datos recientes de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, los hábitos de consumo de países europeos muestran que un tercio de los adultos supera la ingesta diaria recomendada de fruta.

En lo que respecta a España, según datos de Statista, entre enero y noviembre de 2023, se consumieron aproximadamente 3.415 millones de kilogramos de fruta fresca en los hogares españoles.

Pese al aumento de conciencia sobre la importancia de una alimentación saludable que se vislumbra tras estas cifras, ello también supone un desafío logístico: más demanda implica mayor producción y distribución, incrementando el riesgo de desperdicio si no se gestiona adecuadamente.

Productos vulnerables

Alimentos como las frutas o verduras, debido a su naturaleza perecedera, se convierten en uno de los productos más vulnerables de la cadena de suministro alimentaria.

De los 58 millones de toneladas de alimentos que se desperdician cada año en la Unión Europea, gran parte proviene de productos frescos que no llegan en condiciones óptimas al consumidor final. En España, concretamente, según el Ministerio de Agricultura, se desperdician alrededor de 7,7 toneladas de alimentos al año.

Cadena de frío, solución al desperdicio

Una pieza fundamental en la solución frente al desperdicio alimentario radica en la logística de la cadena de frío. Este sistema permite mantener los productos a temperaturas controladas desde el momento de su recolección hasta su llegada a los supermercados y hogares, ralentizando su deterioro y preservando su calidad.

Sin embargo, el manejo de frutas dentro de la cadena de frío es un proceso complejo que requiere no solo de infraestructuras especializadas, sino también de una planificación meticulosa.

Se trata de una tarea complicada: envasado, embolsado, control de temperatura, reenvasado, rediseño, contenedores, tratamientos especializados, fumigación, transporte, procesamiento e incluso trámites de aduanas. Además, cada fruta cuenta con sus propios requisitos de temperatura y humedad.

Un error en el control de temperatura, el envasado o el transporte puede resultar en la pérdida completa de un cargamento, por lo que la precisión y el uso de innovaciones son esenciales para minimizar el desperdicio.

Innovación, automatización y colaboración

A medida que la demanda de fruta crece, las soluciones tradicionales de almacenamiento y transporte ya no son suficientes. La automatización y la innovación tecnológica está transformando la manera en la que la industria alimentaria gestiona productos perecederos.

Un ejemplo de ello es la implementación de almacenes automatizados, como el de Milagro (Navarra), que cuenta con la mitad de sus instalaciones automatizadas, siendo  el 70% de los productos almacenados  verdura y el 8% fruta.

Los almacenes automatizados permiten la optimización del espacio y agilizan la distribución de los productos almacenados a través de estanterías móviles y camiones especializados.

Rapidez en la reacción

Pese a ello, la tecnología e infraestructura por sí sola no es suficiente. Para que la cadena de frío funcione de manera efectiva, es vital contar con una red de agricultores, distribuidores y minoristas que garanticen una correcta manipulación de los productos en cada parte de todo este proceso. Se trata de contar con expertos locales de alcance mundial dedicados a la excelencia frutícola.

Sin ir más lejos, en Lineage este planteamiento nos ha permitido anticiparnos a las demandas del mercado y reaccionar con rapidez a los contratiempos.

Una de las formas en que lo hemos hecho es dando prioridad a las ubicaciones centradas en los puertos y a las instalaciones especializadas, junto con soluciones de transporte de vanguardia.

Un futuro automatizado y sostenible

Además de optimizar la eficiencia en la cadena del frío, es importante impulsar prácticas que reduzcan el impacto ambiental. La inversión en tecnologías limpias y la reducción de emisiones son pasos cruciales en este camino.

Lineage forma parte del compromiso The Climate Pledge y se ha comprometido a tener cero emisiones netas de carbono en todas nuestras operaciones empresariales para 2040.

En 2023, España estuvo a punto de convertirse en uno de los países europeos en contar con su propia ley nacional sobre desperdicio alimentario.

Sostenibilidad e innovación

Según un estudio realizado por Too Good To Go, compañía de impacto social que lucha contra el desperdicio alimentario, casi 3 de cada 4 ciudadanos españoles, opina que es una necesidad legislar sobre esta problemática porque genera un impacto ambiental, económico y social.

El futuro de la cadena de suministro de frutas en Europa atraviesa una transformación en la que la sostenibilidad y la innovación deben ir de la mano.

Estas transformaciones permitirán no sólo reducir el desperdicio alimentario, sino también garantizarán que los consumidores puedan disfrutar de productos frescos y de calidad durante todo el año.

Raúl Fores Valles, vicepresidente regional en Lineage para el sur de Europa