Ecologistas se oponen a los derribos de presas fluviales en Galicia y piden no conceder más licencias

Arco Iris insta a los municipios a oponerse a los derribos de presas fluviales y a Augas de Galicia a "posicionarse"

La estrategia europea obliga a que en 2030 deben estar liberados al menos 25.000 kilómetros de ríos

  • Antonio Quilis Sanz
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora responsable de OKGREEN en OKDIARIO. Antiguo director de El Mundo Ecológico y colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

La eliminación de obstáculos de los ríos, presas y barreras, es una de las indicaciones obligatorias que emana de la Estrategia de la Unión Europea sobre biodiversidad con el objetivo de cumplir con la Directiva Marco del Agua.

Una medida que está llevando a que las discusiones sobre la idoneidad de su cumplimiento trascienda a la opinión pública con distintos mensajes a favor y en contra, que se han acrecentado últimamente con la mayor frecuencia de sequías.

Orden de Bruselas

La estrategia europea indica que en 2030 deben estar «liberados» al menos 25.000 kilómetros de ríos para que vuelvan a ser caudales libres y exige a los países de la unión a realizar esfuerzos con el objetivo de recuperar los ecosistemas de agua dulce y las funciones naturales de los ríos.

La manera de hacerlo puede conseguirse «eliminando o adaptando las barreras fluviales que impiden el paso de los peces migratorios y mejorando el flujo de agua y sedimentos», según indica la Comisión Europea.

La Estrategia Nacional de Recuperación de Ríos (ENRR), redactada por el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, establece que es necesario abordar «la restauración y reconexión estructural y funcional de 3.000 km de ríos entre 2022 y 2030, en toda España».

La ENRR, en su borrador, incidía en que casi la mitad de los ríos españoles está en mal estado, con sus cursos fragmentados por miles de construcciones, llenos de especies invasoras y privados de su bosque de ribera y el 45 % de estas masas de agua está deteriorado.

Ley de Restauración de la Naturaleza

Y, profundizando sobre este tema de las presas y barreras fluviales, la recientemente aprobada Ley de Restauración de la Naturaleza, ya en marcha desde hace unas semanas, indica que hay que acometer políticas en los estados europeos para recuperar los ecosistemas de agua dulce.

La Ley indica que se deben realizar esfuerzos para restaurar la conectividad natural de los ríos, por ejemplo, eliminando las barreras artificiales (como presas y diques) que impidan el flujo natural de los ríos y que ya no sean necesarias, analizando antes sus funciones socioeconómicas.

Oposición a su eliminación

En este contexto llama la atención la petición de la organización ecologista Arco Iris instando a los municipios a que se opongan a los derribos de presas fluviales y «no concedan licencias de obras para las demoliciones».

Además, también pide y a Augas de Galicia, el organismo autónomo adscrito a la Conserjería de Medio Ambiente e Infraestructuras de la Xunta de Galicia,  a «posicionarse a favor o en contra» de estos planes.

Presa desembolsando agua en el cauce del río Miño (Foto: Europa Press)

Moderno y fashion

La entidad proclama que «tirar presas es moderno y fashion», afirmando que «el debate no es entre izquierda y derecha, la gestión del agua y la sequía no puede estar en manos de políticos sin escrúpulos».

En un vídeo aparece uno de sus miembros mostrando una presa diciendo que «parte de la izquierda considera que todo esto (señalando el agua embalsada) no es ecológico», y que su eliminación se basa «en unas ideas pseudoecologistas que ponen en cuestión que esto cambie el hábitat y la imagen del entorno». El protagonista del vídeo argumenta que «todo lo que ha crecido alrededor de la presa es verde».

Además, en el mismo vídeo se pueden ver afirmaciones del tipo de que el actual «Gobierno derriba más de 200 presas cada año en España a pesar de una espantosa sequía y de los ecosistemas únicos que generan los embalses».

Privatización del agua

Según advierte la organización ecologista, este tipo de obras de «restauración» pueden formar parte de «la estrategia globalista de privatización del agua».

Además, sostiene, que «ataca de forma sistemática el derecho al uso público de un bien cada día más escaso». El derribo de presas en España, afirma Arco Iris, puede deberse a «una medida más para obtener ayudas europeas».

Ecosistemas en peligro

Esta estrategia, denuncia la organización, «agravará de forma severa los problemas de abastecimiento y caudales mínimos en épocas de estiaje, además de aniquilar sin remedio hábitats que persisten gracias al embalse durante el verano». Al mismo tiempo, indica que «muchas especies de anfibios desaparecerán sin remedio y la sequía afectará gravemente a los bosques de ribera».

La organización ecologista recuerda, además, que «57 obstáculos fluviales han sido eliminados en la Cuenca Miño-Sil desde la puesta en marcha del plan de demoliciones, en 2009» para alertar de que «el proceso de privatización del agua es ya imparable y en breve cotizará en bolsa, como otros recursos naturales».