Naturaleza
Animales

Preocupación en los expertos: dan la voz de alarma por estas prácticas de maltrato a las vacas lecheras

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Durante décadas, la publicidad ha mostrado una imagen idílica de la industria láctea: vacas felices pastando en praderas verdes, produciendo leche fresca de manera natural. Sin embargo, detrás de esa imagen amable se esconde una realidad muy distinta. Diversas investigaciones  han revelado prácticas sistemáticas de maltrato y explotación animal que ponen en cuestión la ética de la industria láctea, que genera más de 7.000 millones de euros al año, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA); España se sitúa como el octavo productor de leche de la Unión Europea.

Sin embargo, «en los últimos veinte años, el número de vacas de ordeño en España ha experimentado una reducción del 28,6%, pasando de 1.117.670 cabezas en 2003 a 797.878 en 2022, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Sin embargo, esta disminución del censo no ha supuesto una caída en la producción de leche, ya que, de forma general, el volumen total de producción ha aumentado gracias a las mejoras en el rendimiento lechero por animal. Este incremento de la eficiencia productiva refleja el impacto de la modernización y la tecnificación del sector. En cuanto a su distribución geográfica, la actividad lechera se concentra principalmente en seis Comunidades Autónomas: Galicia, Castilla y León, Cataluña, Asturias, Andalucía y Cantabria, que en conjunto agrupan alrededor del 84% del censo nacional de vacuno de leche», señala el MAPA.

Sector vacuno lechero

Una de las prácticas más controvertidas del sistema lácteo es la separación de las crías al nacer para destinar toda la leche materna a la comercialización humana. En los primeros días de vida, los terneros son apartados de sus madres y trasladados a cubículos individuales, donde se alimentan con sucedáneos lácteos industriales.

Diversas organizaciones de protección animal han documentado el estrés y la ansiedad que sufren tanto las vacas como sus crías cuando trasladan a estas últimas a cubículos individuales. Desde el punto de vista etológico, los bovinos establecen vínculos afectivos fuertes, y, cuando se rompen de forma prematura, su salud puede verse afectada.

El Ministerio de Agricultura reconoce que esta práctica forma parte de los procesos de producción convencionales, pero destaca que «los operadores están obligados a cumplir la normativa europea de bienestar animal», especialmente el Reglamento (CE) 1/2005, que regula el transporte y manejo de animales. Sin embargo, las asociaciones animalistas critican que la ley preste más atención al rendimiento que a los comportamientos naturales del animal.

Ciclos forzados de reproducción

Para mantener un flujo constante de producción, las vacas son inseminadas artificialmente una vez al año. Cada ciclo de gestación dura unos nueve meses, y pocas semanas después del parto se las vuelve a inseminar. La vida útil de una vaca lechera rara vez supera los cinco o seis años, aunque su esperanza de vida natural puede alcanzar los 20. Según el propio Ministerio de Agricultura, en España se sacrifican más de 300.000 vacas lecheras anualmente, muchas de ellas por problemas metabólicos y de desgaste físico derivados de la producción.

Condiciones de alojamiento 

Las vacas lecheras de alta producción viven la mayor parte del tiempo en granjas intensivas, donde el espacio y el descanso son limitados. Los problemas de salud más habituales son:

La Guía de Prácticas Correctas es un elemento esencial del sistema de gestión de la calidad y seguridad alimentaria del sector lácteo: «garantiza la trazabilidad de los animales y de la leche mediante la correcta identificación del ganado y el registro de todos los movimientos comunicados a la autoridad competente. Asimismo, se asegura una alimentación sana y segura para el ganado, se mantienen controles veterinarios regulares y se realizan las labores de ordeño en condiciones higiénico-sanitarias adecuadas, con el fin de garantizar una producción lechera de calidad y segura para el consumo».

Impacto ambiental 

Más allá del bienestar animal, la producción láctea tiene un impacto ambiental considerable. Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica, el sector ganadero representa el 67 % de las emisiones de metano en España, y las explotaciones lácteas son responsables de una parte significativa.

Por otro lado, una vaca lechera puede generar más de 50 litros de estiércol diario, que, si no se gestionan correctamente, contaminan suelos y acuíferos. Por ello, el MAPA impulsa desde 2021 el Plan de Sostenibilidad del Sector Lácteo, destinado a reducir la huella ambiental.

Hacia una industria láctea más ética y sostenible

Para el Ministerio de Agricultura, «la transición hacia un modelo sostenible debe ser acompañada por políticas públicas y apoyo financiero al ganadero». Programas como el Plan Estratégico de la PAC 2023-2027 incluyen ayudas específicas para mejorar el bienestar animal, fomentar el pastoreo y reducir el uso de antibióticos.