Naturaleza
Especies invasoras

Este es el único lugar de España donde habita una de las especies invasoras más destructivas del mundo

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

Las especies invasoras están por todas partes. Algunas vuelan, otras nadan, unas cuantas se arrastran sin hacer ruido. Y entre aves, mamíferos e insectos, hay una que pasa desapercibida a simple vista. No llama la atención por su tamaño ni por su aspecto, pero una vez aparece, lo arrasa todo.

No tiene aguijón, no es venenosa ni entra en las casas haciendo ruido. Pasa desapercibida. Pero una vez dentro, el destrozo es cuestión de tiempo.

Puede convertir un mueble en polvo, vaciar una viga desde el corazón o matar una planta sin dejar casi rastro. Y lo peor es que en España ya se ha instalado. Canarias es, de momento, el único territorio donde se ha detectado. Pero su capacidad para expandirse es más que preocupante.

Esta es la especie invasora que está arrasando Canarias y podría llegar a la Península

Reticulitermes flavipes, conocida como termita subterrránea oriental, es una de las especies invasoras más peligrosas del planeta. Originaria de Norteamérica, esta termita lleva años instalada en Tenerife y, desde hace poco, también en Lanzarote.

Se mueve bajo tierra y se alimenta de cualquier cosa que contenga celulosa: madera viva o muerta, estructuras, mobiliario, cultivos e incluso especies vegetales autóctonas.

Su presencia en Canarias no es nueva, pero sí alarmante. En municipios como Tacoronte o La Laguna ya ha causado daños serios en viviendas, jardines y espacios naturales. Ha infestado especies como la Dracaena draco (el árbol símbolo de Tenerife), y también frutales, plantas ornamentales y cepas de viñedo.

Lo más grave es que es casi imposible detectar una colonia a tiempo. Las infestaciones se hacen visibles cuando el daño ya está hecho. Y para entonces, la colonia puede haber crecido a cientos de miles de individuos y ramificarse por decenas de metros.

Cómo es la amenaza y por qué este insecto invasor preocupa tanto

R. flavipes es un ejemplo de eficacia biológica. Tiene una estructura social compleja, con castas de obreras, soldados y reproductores. Puede formar colonias con más de un millón de individuos.

En los lugares donde ha sido introducida tiende a formar familias extendidas, con muchos reproductores secundarios, lo que multiplica su capacidad de expansión.

Las condiciones climáticas de Canarias son ideales para ella, temperaturas suaves, humedad constante y presencia abundante de alimentos. Todo esto ha hecho que las colonias prosperen a niveles inusuales. A diferencia de otras zonas del mundo, aquí estas termitas incluso se alimentan de plantas vivas.

Su presencia puede alterar ecosistemas enteros, competir con especies xilófagas nativas e incluso facilitar la llegada de ácaros y parásitos que no existían en la zona. Ya se han detectado, por ejemplo, ácaros americanos en termitas recogidas en Tenerife.

Qué se está haciendo (y qué se debería hacer) para contener a esta plaga

El Cabildo de Tenerife y el Gobierno de Canarias han activado un plan de contención y erradicación con un presupuesto inicial de 270.000 euros.

Las actuaciones se centran en el uso de cebos con inhibidores de quitina, como el hexaflumurón, que impiden la muda y desarrollo de las termitas, eliminando progresivamente la colonia.

Estos cebos son la opción más efectiva. Son menos tóxicos para mamíferos, tienen baja movilidad en el suelo y permiten atacar el núcleo de la colonia sin contaminar el entorno.

Además, se han diseñado protocolos de manejo de residuos potencialmente infestados, como maderas, restos de poda o tierra de jardinería. Todo ese material debe tratarse antes de ser trasladado o eliminado. El proceso implica astillado, aplicación de biocidas y transporte en condiciones seguras.

El reto, sin embargo, sigue siendo la detección precoz. Las autoridades están instalando testigos de madera y estacas de muestreo en las zonas de riesgo para delimitar el área afectada.

Se están realizando campañas informativas dirigidas a vecinos y jardineros para que identifiquen indicios y eviten mover tierra o podas sin control.