Las razones por las que se forman los atascos sin motivo aparente
Todos hemos vivido una situación como la siguiente. Vamos conduciendo por la autopista y de buenas a primeras, ¡zas! Nos topamos con un atasco que va a retrasar nuestra hora de llegada, además de sacarnos de quicio si éste se alarga. Pasado un tiempo ‘X’, esta retención desaparece con la misma facilidad con la que se ha formado. ¿Por qué sucede esto?
Para explicarlo mejor, Martin Treiber, un individuo de la Universidad alemana de Dresden, ha creado Traffic Simulation, un simulador con el que se pueden estudiar las causas que provocan la formación de los atascos. Es curioso cómo podemos ir jugueteando con las diferentes variables para descubrir las razones que pueden llevar a que una carretera se atasque.
Traffic Simulation, el simulador de los atascos
Dejando de lado factores como las incorporaciones a las carreteras, las obras o las bifurcaciones, se llega a la conclusión de que los grandes causantes de los atascos son dos. El primero de ellos es la densidad del tráfico. Mientras más alta sea, más opciones hay de que se produzcan retenciones. Obvio, ¿verdad?
La segunda razón la encontramos en nuestra ‘incompetencia’ a la hora de ponernos al volante. No sabemos mantener ni una velocidad constante ni la distancia de seguridad cuando conducimos. Al juntarse un gran número de coches que cometen estas faltas, el tráfico se va reteniendo poco a poco hasta que se llega a producir el atasco. Con el simulador que te comentamos, y cuyo enlace tienes en este mismo texto, podrás comprobar de primera mano cómo las razones que producen las retenciones son principalmente estas tres: densidad de tráfico, velocidad y distancia de seguridad.
Esto quiere decir que en circunstancias normales, los conductores tenemos la capacidad de evitar el 100% de los atascos si condujésemos como es debido. Obviamente, quedan fuera de esta ecuación otro tipo de circunstancias externas, como son los accidentes o las obras. Aquí los conductores poco podemos hacer al respecto.
Sin duda, un interesante estudio el que se ha llevado a cabo desde el país teutón, que nos permite resolver una de esas dudas existenciales que todos los conductores tenemos desde el preciso momento que nos sacamos el carnet. Y sí, amigos, muchas veces la culpa es exclusivamente nuestra.
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