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Un perro pierde la lengua tras picarle la oruga procesionaria

¡La oruga procesionaria es muy peligrosa!

Un perro pierde la lengua tras picarle la oruga procesionaria
Perro
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Los canes son los grandes perjudicados de la oruga procesionaria. Esta semana se ha dado a conocer en ‘Equipo de Investigación’ el caso de un perro al que le han tenido que amputar la lengua después de que tuviera contacto con la oruga procesionaria tras las lesiones sufridas. Su dueño explica que se le inflamó la boca y el hocico, y la mayor parte de la lengua se le necrosó. La mascota tuvo que estar varios días ingresada en la clínica, y finalmente los veterinarios tuvieron que tomar la drástica decisión de amputarle la lengua.

¿Qué es la oruga procesionaria y qué pasa si un perro entra en contacto con ella?

La oruga procesionaria del pino, que recibe este nombre porque habita en zonas donde abundan estos árboles, es una mariposa que, cuando se encuentra en estado larvario, tiene su cuerpo completamente cubierto de espinas muy punzantes. El problema se da cuando un can se come o se traga una oruga procesionaria porque en su interior contiene una proteína que provoca una inflamación muy fuerte.

Una de las principales características de este animal tiene que ver con su movimiento. Las larvas siempre van unas unidas a otras, formando una cadena de gran longitud, como si de una procesión se tratara. Por lo tanto, si paseamos con nuestros canes por el campo o por zonas en las que hay una gran cantidad de pinos, tenemos que estar muy atentos ante la posible presencia de estas orugas.

Ni siquiera es necesario que el can se trague la oruga procesionaria para que presente síntomas de gravedad. Basta con que esté en contacto con ella. La gravedad de las lesiones depende en gran medida de la cantidad de pelo del perro y de la parte afectada: lengua, ojos, paladar, nariz…

Los signos aparecen rápidamente, apenas unos minutos después del contacto. Varían según si el can se ha tragado la oruga procesionaria o si simplemente la ha tocado. Los más frecuentes son los siguientes: dolor intenso, babeo, aumento súbito de la temperatura corporal, hinchazón de la lengua, dificultad para respirar, vómitos y tos.

Ante la más mínima señal de que algo no va bien, tenemos que acudir rápidamente al veterinario con nuestra mascota. Mientras, podemos lavar la parte de la piel que ha entrado en contacto con la larva con una mezcla de agua y bicarbonato para controlar la inflamación.

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