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Las enfermedades más comunes en el gato siamés y cómo tratarlas

Enfermedades del gato siamés
Gato siamés
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El gato siamés es una de las razas más populares del mundo. Tiene una apariencia muy peculiar y es sociable por naturaleza, así que es fácil convivir con él. Ahora bien, antes de adoptar un gato de esta raza, es importante asegurarse de poder dedicarle el tiempo que necesita, ya que no lleva nada bien la soledad. En lo que respecta a su salud, hay varias enfermedades que son relativamente comunes en el gato siamés.

Suele sufrir enfermedades hereditarias. Se trata de un problema que surgió conde la cría agresiva que tuvo lugar en Europa durante el siglo XIX con el objetivo de extender la estirpe por todo el continente. Tratando de buscar el pelaje blanco que le caracteriza, los criadores se centraron en la reproducción en la combinación de ejemplares con lazos de sangre de primer y segundo grado. Y así empezaron las dificultades.

Albinismo parcial

El gato siamés presenta cierta predisposición a sufrir albinismo parcial porque no produce la suficiente cantidad del pigmento melanina. También es común que tenga atrofia en la retina, y puede sufrir de estrabismo congénito. En algunos casos, esta enfermedad es la forma que tiene para ‘curar’ la doble visión que presenta a raíz de los defectos genéticos. En el peor de los casos, estas debilidades oculares dan lugar a una ceguera crónica.

Quiste mamario

Las hembras, durante su edad adulta, pueden presentar quistes mamarios, aunque, por suerte, en la gran mayoría de los casos, son benignos. Es conveniente acudir cada seis meses al veterinario para prevenir dificultades relacionadas.

Hidrocefalia

El problema de salud más grave que afecta al gato siamés es la hidrocefalia. Consiste en acumulación de líquido cefalorraquídeo en el cráneo, ocasionando daños graves en el cerebro.

Existen dos tipos de hidrocefalia: circulación y obstrucción. Ambos pueden ser congénitos o adquiridos. Con la hidrocefalia circulante, el líquido cefalorraquídeo llena el espacio de las partes funcionales del sistema nervioso.

Teniendo en cuenta que la mayoría de problemas de salud del gato siamés son enfermedades heredadas genéticamente, las visitas al veterinario deben programarse al menos cada seis meses. Además, necesita comer entre tres y cuatro veces al día, así como recibir un cuidado en las uñas semanal.

Como resulta lógico, la higiene es esencial. Por ello hay que renovar su caja de arena regularmente. Por último, debido a que no disfruta de la soledad, toca acompañarle la mayor cantidad de tiempo posible para reducir sus ataques de ansiedad.

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