Perros

Comunicado importante de los veterinarios a las personas que tienen perros e hijos en casa

Perros, animales, mascotas
Un perro jugando con un niño. Foto: Freepik
  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

La convivencia entre niños y perros puede ser una de las experiencias más enriquecedoras para una familia. La alegría y el amor que aportan ambos son inigualables, y las mascotas pueden inculcar valores positivos en los niños.

Sin embargo, es crucial recordar que la seguridad debe ser siempre la prioridad número uno. Los veterinarios y expertos en comportamiento animal resaltan la importancia de establecer pautas claras para que esta relación sea armoniosa y segura para todos.

Para ello, es necesario aprender y aplicar las mejores prácticas para evitar accidentes y garantizar el bienestar de niños y perros.

Claves para una convivencia segura entre perros y niños

La base para una interacción exitosa entre niños y perros radica en la comprensión y el respeto mutuo. Los niños deben aprender a interpretar el lenguaje corporal de los perros y a entender sus necesidades, mientras que los perros necesitan acostumbrarse a la energía y a veces a la brusquedad de los niños.

Los padres deben asumir un papel activo en esta dinámica, supervisando y guiando cada interacción. Según los expertos de Kiwoko, éstas son las pautas a seguir:

  • Presentaciones cuidadosas: no se debe asumir que los niños saben cómo interactuar con un perro. Es esencial enseñarles a acercarse a ellos de manera adecuada, dejando que el perro tome la iniciativa y extendiendo las manos para que lo olfatee. Es fundamental evitar acercarse de forma brusca o poner la cara cerca del perro.
  • Caricias respetuosas: los niños deben aprender a acariciar a los perros de manera suave y en las zonas que el animal disfrute. No todos los perros disfrutan de los abrazos, y algunos prefieren que les rasquen el lomo o detrás de las orejas.
  • Observar el lenguaje corporal: es vital prestar atención a las señales de estrés en el perro. Un perro ansioso puede ser más propenso a reaccionar de forma agresiva. Si el perro parece incómodo, es importante darle un respiro y evitar que la situación empeore.
  • Supervisión constante: los niños y los perros nunca deben quedarse solos sin la supervisión de un adulto, especialmente si no se conocen. Incluso los perros más adiestrados pueden reaccionar si se les empuja, tira de la cola o se les agobia. Es crucial que un adulto esté presente para garantizar la seguridad de todos y dar descansos cuando sea necesario.
  • Protección del perro: hay que recordar que los niños, debido a su falta de control motriz y empatía, pueden dañar a los perros sin querer. Los perros pequeños pueden parecer juguetes, y todos los perros tienen zonas sensibles como la cola, las orejas y los ojos. Por lo tanto, la supervisión y educación son primordiales para protegerlos.

Juegos seguros para que los niños interactúen con los perros

La forma en que juegan niños y perros también es un factor destacable para una convivencia segura. No todos los juegos son adecuados, y es esencial elegir aquellos que fomenten la diversión y el respeto mutuo.

Los juegos de búsqueda o lanzamiento son ideales porque permiten una cierta independencia entre el niño y el perro. El uso de lanzadores ayuda a mantener las manos limpias y secas. Por otra parte, los juegos de «tira y afloja» pueden provocar mordeduras accidentales, y los juegos de persecución pueden resultar en que el niño sea derribado por el perro.

Por último, hay que subrayar que mantener una rutina diaria estable para el perro es necesario, ya que los perros tienden a estar más relajados cuando tienen una estructura marcada en su día.

Lo último en Mascotas

Últimas noticias