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Cómo reaccionan los perros cuando ven a sus dueños llorar: el hallazgo que ha sobrecogido a expertos

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

No es ningún secreto que los perros y los humanos tienen una conexión emocional única. Desde hace miles de años, estos fieles compañeros nos han acompañado en todo tipo de situaciones: desde momentos de alegría hasta episodios de profunda tristeza. Sin embargo, recientes investigaciones han arrojado resultados que han sorprendido incluso a los expertos: los perros no sólo perciben nuestras emociones, sino que también reaccionan cuando detectan que estamos llorando.

¿Hasta qué punto entienden nuestro dolor? ¿Qué mecanismos se activan en ellos al vernos vulnerables? Estudios recientes demuestran que los perros no se limitan a observar pasivamente nuestras lágrimas. En realidad, su comportamiento cambia de manera notable ante el llanto humano, mostrando signos claros de empatía e incluso intentando consolar a sus dueños.

El lenguaje emocional entre perros y humanos

Cuando una persona llora, su rostro cambia, su tono de voz se vuelve tembloroso, y su lenguaje corporal transmite vulnerabilidad. Los perros, con su gran capacidad de observación, captan estos cambios de inmediato. De hecho, estudios de resonancia magnética funcional han demostrado que, al oír a su dueño llorar, se activan ciertas áreas del cerebro de los perros, similares a las que se activarían ante un miembro de su propia manada en peligro.

Lo realmente llamativo es que los perros no sólo perciben que algo no va bien; su comportamiento también se adapta. Muchos se acercan a su dueño, intentan lamerle la cara o las manos, o simplemente permanecen a su lado en silencio. Algunos incluso buscan contacto físico, apoyando su cabeza o su cuerpo sobre él.

Un experimento realizado en 2022 reveló que, al escuchar grabaciones de llanto humano, los perros mostraban niveles más altos de estrés y una mayor tendencia a intentar atravesar obstáculos físicos para llegar hasta la persona que llora. Esto sugiere que su impulso de consolar no es simplemente un comportamiento aprendido, sino una respuesta emocional genuina.

La respuesta fisiológica ante el llanto humano

Algunos estudios midieron las frecuencias cardíacas de los perros antes y después de presenciar a sus dueños llorar, encontrando un aumento significativo. Esto indica que la respuesta emocional es real y afecta directamente a su cuerpo.

Además, se ha detectado un aumento de la oxitocina, conocida como la «hormona del amor» tanto en humanos como en perros, después de interacciones de consuelo mutuo. Es decir, cuando un perro consuela a su dueño, no sólo le está ayudando a sentirse mejor, sino que él mismo también experimenta una recompensa química positiva.

Ahora bien, aunque muchos perros muestran comportamientos de consuelo, no todos reaccionan de la misma manera. Factores como la raza, la personalidad del perro, su historia de vida e incluso su entrenamiento previo pueden influir en su respuesta.

Por ejemplo, los perros de terapia, que están entrenados para asistir emocionalmente a las personas, muestran respuestas aún más rápidas y directas. Sin embargo, incluso perros sin ningún tipo de adiestramiento especializado tienden, de forma natural, a acercarse a sus dueños cuando detectan tristeza.

Mientras, perros más tímidos o con antecedentes de maltrato pueden, en cambio, mostrarse inseguros o confundidos ante el llanto humano. Es importante recordar que cada perro es único, y tiene su propia forma de procesar las emociones.

Estos hallazgos tienen implicaciones muy importantes para el desarrollo de terapias asistidas con animales. Saber que los perros no sólo entienden el llanto humano, sino que también se movilizan emocionalmente, refuerza su valor como compañeros terapéuticos.

Consejos para fortalecer el vínculo emocional

Sabiendo todo esto, ¿cómo se puede reforzar esa conexión emocional tan especial? Éstas son algunas recomendaciones prácticas:

El descubrimiento de que los perros reaccionan de manera activa ante nuestras lágrimas es mucho más que un dato curioso: es una evidencia  de que la relación entre humanos y perros va mucho más allá de la compañía. Es un vínculo emocional auténtico, tejido a lo largo de miles de años de historia compartida. Cuando lloramos, nuestros perros no simplemente observan; sienten nuestra tristeza, la absorben e intentan consolarnos.

Su sola presencia, su mirada atenta y su disposición a estar junto a nosotros en los momentos más oscuros hablan de una lealtad que pocas veces encontramos en otros seres vivos. Quizá por eso, cuando más lo necesitamos, basta con la cercanía de un perro para encontrar consuelo. Ellos nos enseñan que no siempre hacen falta palabras para sanar, que el amor verdadero puede expresarse con un simple gesto, una mirada o una cabeza apoyada en nuestro regazo.