Madrid
MINISTERIO DE CONSUMO

Garzón amplía su cruzada navideña a los roscones: los quiere de «nata, nata»

El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha iniciado esta Navidad una cruzada en contra de cosas tan tradicionales estas fiestas como son los juguetes o el roscón de reyes. Después de su polémica «huelga de juguetes» y de recomendar a los padres que no regalen estas navidades a sus hijos varones juguetes bélicos ni a las niñas juguetes rosas o muñecas femeninas, la última ocurrencia de Garzón gira en torno a los roscones de reyes rellenos de nata.

El ministerio que dirige el líder de Izquierda Unida ha publicado una infografía en la que señala a los reposteros que en lugar de poner «nata, nata» en el relleno de los roscones, introducen un sustitutivo a base de grasas y aceites vegetales, «donde predominan los de palma, coco y otros mezclados con grasas hidrogenadas».

El departamento de Alberto Garzón invita a los consumidores a averiguar si el roscón de reyes relleno de nata que van a comprar «es de verdad nata o no». Para ello, explican que hay que comprobar que en la etiqueta aparezca «nata» como ingrediente único del relleno, «se mostrará como un porcentaje del total del roscón», apostilla.

Además, indica que «debe estar hecha a base de leche de vaca», aunque matiza que «puede llevar azúcar y algunos aditivos, conservantes y estabilizantes».

Para terminar, el ministerio advierte que si el roscón «lleva aceites de palma, de coco u otras grasas vegetales no es nata, es un mix de grasas vegetales».

Según expertos reposteros consultados por este periódico, es de lo más común no poner nata natural dentro de estos dulces navideños y, en todo caso, ésta debe llevar aditivos para su correcta conservación. Además, apuntan un truco que no ha incluido el ministerio en su infografía, cuanta más blanca sea la nata, menos «nata, nata» será.

En este sentido, otros usuarios han recordado al ministro el mensaje que escribió en Navidad de 2017 a propósito de un incremento del 10% en la factura de la luz respecto al año anterior y que «ningún Gobierno decente» podía tolerarlo. Sin embargo, este año, con la factura de la luz en máximos históricos, el ministro guarda silencio.