Lifestyle
Belleza

Doble limpieza: ¿Cuándo es buena y cuándo es mala?

La limpieza facial es fundamental para tener una piel sana, pero también es cierto que no puede ser igual para todas, ya que cada quien tiene una piel diferente . Y es precisamente por eso que existen métodos de limpieza que son buenos para algunas personas pero no para otras. La doble limpieza , por ejemplo, solo puede estar indicada para aquellas personas con un determinado tipo de piel. Averigüemos juntos para quién es adecuada esta práctica y por qué podría ser dañina.

Doble limpieza: Cuándo sí y cuándo no

El «double cleasing» que es como se conoce esta técnica que viene de Corea, es un término inglés que se puede traducir al italiano como «doble limpieza». El nombre ya lo dice todo. Se trata en realidad de una limpieza del rostro que actúa en profundidad gracias al uso de múltiples limpiadores, uno con aceite y otro con agua. Una técnica que proviene de la cultura coreana y que se desarrolla en 10 fases, ofreciendo a la piel numerosos beneficios. En primer lugar hay que decir que para estar sano un rostro debe estar limpio y cuando la limpieza es adecuada habrá una mejor absorción de los principios activos que se aplican sobre la piel.

Pero esa no es la única ventaja de esta práctica. El uso del aceite de hecho, es útil para eliminar los residuos dejados por los productos cosméticos utilizados anteriormente. De hecho, estos pueden obstruir los poros y hacer que la piel sufra de poros dilatados y acné, además de hacer que la cara se vea opaca. Por lo tanto, una técnica de doble limpieza puede ser realmente útil, pero al mismo tiempo no es adecuada para todo tipo de pieles.

Cuándo no es adecuada

Si tienes la piel grasa no tendrás ningún problema, sobre todo si te maquillas a diario y por ello necesitas eliminar restos de suciedad o residuos. Sin embargo, si no tienes la piel grasa y te maquillas de vez en cuando, un simple limpiador es suficiente, sin tener que recurrir a este método. Si por el contrario tu piel es sensible o tienes manchas cutáneas como eccemas o rosácea, evita por completo la doble limpieza, que en estos casos puede ser perjudicial .

En cualquier caso, el uso de un jabón o limpiador es imprescindible. Por eso puede ayudarte a saber cuál es mejor para tu piel. Para pieles secas, elige uno delicado, preferiblemente con pH neutro o con ingredientes como miel, jojoba, aceites vegetales, manteca de karité y escualeno, que permitirán que la piel no se reseque. Si por el contrario tienes la piel grasa, elige un limpiador que tenga polihidroxiácidos y vitamina E, perfectos antiinflamatorios.

Si tienes piel mixta, puede ser útil un limpiador que contenga ceramidas, que pueden retener la humedad y controlar la producción de aceite. Finalmente, para pieles sensibles, elige limpiadores que no tengan fragancias en su interior y que sean delicados. Ahora que sabes qué es la doble limpieza y si es adecuada para ti o no, ten cuidado antes de probar este método.