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El COI se vanagloria de los Juegos woke: «Hemos cumplido con la Agenda 2030 de principio a fin»

El Comité Olímpico Internacional califica de éxito los Juegos woke

Los deportistas han odiado una Villa Olímpica de mínimos

  • Francisco Rabadán
  • PARÍS
  • Enviado especial
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Los Juegos Olímpicos de París han recibido duras críticas especialmente por parte de los deportistas. El evento ha cumplido con todos los estándares de la Agenda 2030 y con la filosofía de vida woke, algo con lo que muchos atletas no están ni mucho menos conformes porque algunos han estado lejos de rendir a su mejor nivel en parte por estos preceptos.

«Estos Juegos Olímpicos han estado alineados con la Agenda 2030 de inicio a final y han superado el nivel establecido poniendo el listón muy alto en sostenibilidad y legado cumpliendo con su palabra desde el primer momento. Han cuidado de esto para integrarlo en casa detalle en estos Juegos», dijo Tania Braga, jefa de Impacto y Legado del Comité Olímpico Internacional.

Esta brasileña fue reclutada por el COI desde los Juegos de Río y es una de las grandes ideólogas del cambio que está dando el evento en sus últimas ediciones. «París 2024 ha demostrado que se pueden hacer unos Juegos espectaculares, inclusivos y únicos de una maneras más responsable, sostenible y práctica. Hemos conseguido reducir la huella de carbono a la mitad con la media de los Juegos Olímpicos anteriores», especificó orgullosa una Tania Braga que parece vivir ajena a todos los problemas denunciados por los deportistas.

La Villa Olímpica ha permanecido en el foco como un lugar incómodo donde el descanso no era el adecuado por las camas, la falta de aire acondicionado y algunos otros factores que hacen que los deportistas no estén cómodos. Además se da la situación de que ni la comida –con un 40% de menús vegetarianos– y el transporte no hayan estado a la altura de esta competición. «Viven del mito», sentenció el presidente de la Federación Española de Natación, Fernando Carpena.

Para la jefa woke del Comité Olímpico Internacional, estas críticas no son importantes sino llegar a cada vez más sitios, pese al fracaso de ideas como hacer olímpico al break-dance: «Estamos llevando el deporte a más países y estamos creando una oportunidad social y económica para París, especialmente en un área deprimida como el Sena-Saint Denis. Podemos decir que París ha establecido nuevos estándares para que a partir de ahora se hagan eventos y Juegos Olímpicos más sostenibles».

Cero autocrítica

Parece un poco sorprendente que Tania Braga y los miembros del Comité Olímpico estén tan descaradamente entregados a una Agenda 2030 que probablemente no puedan cumplir en los próximos Juegos Olímpicos en Los Angeles 2028. Los norteamericanos ya se saltaron las normas woke de la Villa Olímpica en esta edición y muy probablemente diseñarán un evento lejos de los actuales estándares.

Los deportistas están muy cansados de ser usados como conejillos de indias por unos burócratas que sólo piensan en su imagen propia imagen y no en el bienestar de la competición. Quizá los Juegos woke hayan ganado una batalla, pero quizá el Comité Olímpico Internacional no pueda imponer en Los Angeles una competición tan pensada en favor de la Agenda 2030.

Estados Unidos no pasará por el aro de las políticas de una Tania Braga que les ha desafiado diciendo que «el listón está muy alto para los siguientes». Seguramente la sede de Brisbane 2032 –en Australia– pueda estar pensando más en sostenibilidad y huella de carbono, los norteamericanos no van a renunciar ni al aire acondicionado, ni al plástico ni a ninguna comodidad para contentar a la Agenda 2030.