Investigación
MUERTE EN TRASPINEDO

La sangre de Esther López en sus manos refuerza la tesis de la Guardia Civil: sobrevivió a un impacto

Los investigadores aislaron manchas en las manos de la mujer, en la blusa y en la camiseta que vestía y hora saben que era sangre de ella

Las lesiones sufridas por la chica le impedían caminar, pero la sangre en sus manos demuestras que se mantuvo viva tras el golpe y que murió por no recibir ayuda

Las imágenes del escenario montado por el autor de la muerte de Esther López que hablan por sí solas

La juez al amigo de Esther López: «¿Puede ser que usted la atropellara y moviera el cadáver?»

  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Un último informe de laboratorio acaba de llegar al seno de la investigación por la muerte y desaparición de Esther López en Traspinedo, y más allá de un paso científico más este nuevo documento viene a demostrar lo que la Guardia Civil sospechó desde que el cuerpo de la joven fue descubierto: Esther López no murió inmediatamente y no lo hizo en la cuneta en la que fue encontrado su cuerpo. A la primera conclusión han llegado por lo hallado y a la segunda por lo no encontrado. Esther sufrió una herida en la frente por la que sangró, y bastante, ya que su sangre llegó a la blusa ya la camiseta que vestía aquella noche, pero también llegó a sus manos. La joven se tocó la herida de su frente tras recibir el impacto que le acabó costando la vida por no recibir ayuda.

La investigación de la muerte de Esther López se encuentra en un periodo de latencia informativa, es cierto, pero eso no significa, ni mucho menos, que no estén sucediendo cosas. Una de las últimas aconteció hace solamente unos días, el pasado 9 de mayo. Se trata de un informe del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil en el que se detallan todas las pruebas realizadas tras el levantamiento del cuerpo de la joven cuando fue encontrado en una cuneta a las afueras de Traspinedo a principios de febrero.

Para empezar la recogida de muestras llevada a cabo en la cuneta de la carretera VP-2303, donde estaba el cadáver de la mujer, fue exhaustiva: varias casi una docena de colillas de cigarro, un tapacubos, un fragmento de un faro, restos vegetales, pañuelos de papel, un guante de látex o el precinto de un tapón de plástico son sólo algunos de los indicios retirados de la escena donde estaba Esther. Sin embargo, ni uno sólo de ellos contenía ADN de la mujer o de otras personas conocidas en el caso. Todo lo relacionado con Esther López en aquella cuneta eran ella misma o sus pertenencias, nada más.

Manchas directas y por transferencia

Sin embargo, en el informe sí aparecen datos reveladores que indican cómo se encontraba Esther inmediatamente después de recibir el impacto que le provocó lesiones y más tarde la llevó hasta la muerte por falta de asistencia. En la ropa y en el cuerpo de Esther López había mucha más sangre de la conocida hasta el momento. En el abrigo de la joven, tanto en una de las mangas como en la zona del cuello, en su bolso, en las bolsas de papel que la Guardia Civil le colocó en ambas manos antes de retirar su cuerpo, en su blusa y en su camiseta, los agentes habían detectado restos compatibles con ser sangre. Ahora saben que lo es y que además es de Esther. El resto del ADN hallado en la escena es desconocido o de alguno de los convivientes de la joven y su presencia se explica desde la transferencia inherente al contacto diario.

Pero no toda la sangre hallada de Esther significa lo mismo para el caso. Por ejemplo, la sangre que la joven tiene de ella misma en sus manos, en las que no hay ninguna herida, delata el movimiento reflejo que ella debía hacer al notar una herida en la frente. Las lesiones sufridas por Esther le hacían muy difícil y doloroso caminar, pero no la llevaron a la inconsciencia inmediata, sino que fue capaz de palparse la herida de la frente con sus dedos.

Otras manchas pueden explicarse por una mera cuestión de gravedad: si la sangre mana de una herida en la frente todo lo que haya por debajo de ese plano se podrá manchar, estando Esther viva o no, por su propia acción o por la manipulación de su cuerpo en manos de otros. Así pudo mancharse partes del abrigo que llevaba, su blusa y su camisa. Pero ¿cómo pudo llegar sangre de Esther hasta su bolso?

El escenario del hallazgo del cuerpo de la mujer de Traspinedo fue un montaje. Su cuerpo se depositó allí pocas horas antes de su hallazgo, la disposición de los elementos y la limpieza exhaustiva de las huellas del teléfono móvil de Esther López lo delatan. Uno de los objetos que más suspicacias despertó entre los investigadores fue el bolso de la chica, una mochila colocada a escasos centímetros del cadáver. Pues bien, en ese bolso también había sangre de Esther. La duda que queda es si llegó hasta allí desde el propio cuerpo de la joven o si quien manipuló su cadáver se manchó en su traslado.