Trump prepara nuevos indultos hasta el último día de su Presidencia

Donald Trump
Donald Trump.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ultima una nueva batería de hasta 100 indultos que anunciará el martes, su último día completo como mandatario, según fuentes citadas por varios medios y que recogen los detalles de una reunión celebrada el domingo en la Casa Blanca.

Trump, que ya ha emitido perdones contra varias personas de su entorno en estos últimos meses, pensaba espaciar sus últimos indultos, pero el asalto al Capitolio del 6 de enero trastocó sus planes y ahora prevé un único lote que se hará público en principio el martes, informa CNN.

Las fuentes consultadas por esta cadena no prevén que figure en el listado el propio Trump, que ha deslizado en varias ocasiones la posibilidad de amnistiarse a sí mismo por prevención. El debate sobre el autoindulto ha vuelto a estar de actualidad tras el asalto al Congreso, que ya le ha valido al presidente el inicio de su segundo juicio político o ‘impeachment’ por «incitación a la insurrección».

Sus asesores creen que Trump no dará este paso e incluso se lo habrían desaconsejado ante la posibilidad de que parezca culpable. Asimismo, varias personas le habrían exhortado a dejar fuera de los últimos indultos a personas que participaron en el asalto al Capitolio durante la sesión para certificar los resultados de las elecciones de noviembre.

Trump encara la recta final de su mandato, ya que el miércoles tomará posesión el vencedor de dichos comicios, el demócrata Joe Biden. El actual presidente, que ha denunciado de forma reiterada –y sin pruebas– fraude electoral, no asistirá a la investidura de su sucesor.

Autoindulto

La comparecencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para aplacar las críticas por fomentar el asalto de sus simpatizantes al Capitolio al garantizar por vez primera una transición ordenada de poder a su sucesor, Joe Biden, refleja el delicado periodo que atraviesan sus perspectivas de futuro cuando deje el poder, momento en que podrían reactivarse múltiples investigaciones adicionales, y que le han llevado a plantearse abiertamente y como último recurso la opción de perdonarse a sí mismo.

La mayor amenaza legal a la que se enfrenta Trump ahora mismo es una investigación por fraude que está desarrollando el estado de Nueva York sobre los negocios del magnate norteamericano. Es un caso de alcance estatal que no está protegido por el perdón presidencial dado que a Trump se le investiga como ciudadano particular, sin relación alguna con las decisiones tomadas desde su llegada al poder en 2016.

Concretamente, la Fiscalía de Nueva York examina posibles delitos vinculados a la Organización Trump, el conglomerado empresarial que fundó el ahora presidente y sospechoso de falsificación registros, fraude fiscal o fraude en los seguros. Fue también allí donde el anterior abogado de Trump, Michael Cohen, llegó a declararse culpable por incumplir la normativa de campaña al reconocer que pagó 130.000 dólares a la actriz Stormy Daniels para que no revelase públicamente un ‘affaire’ en el que la aludida incluye a Trump. Los documentos judiciales citan como conspirador al «individuo 1», que fue «candidato con éxito a la Presidencia» de Estados Unidos.

Por otra parte, la fiscal general de Nueva York, Letitia James, investiga cuatro proyectos inmobiliarios de la Organización Trump y su intento fallido de comprar el equipo de rugby de los Buffalo Bills. Las pesquisas son en este caso civiles, no penales, pero no se descarta que puedan derivarse a otros fiscales si surgen indicios.

Y si el terreno empresarial le puede deparar más de un quebradero de cabeza al Trump civil, también puede hacerlo el personal. Durante estos últimos años, han sido varias las mujeres que han acusado al presidente de incidentes de índole sexual, algo que el mandatario siempre ha negado, incluso burlándose públicamente de las supuestas víctimas.

A la espera de los resultados se podrían añadir otras dos investigaciones más, de conclusión todavía más incierta: la posibilidad de la reapertura del caso sobre la obstrucción rusa a su favor durante las elecciones de hace cuatro años y, según ha trascendido en las últimas horas, el inicio de diligencias sobre su papel a la hora de alentar el asalto del miércoles contra el Capitolio, que se ha saldado con cinco fallecidos.

Hasta el fatídico asalto, Trump llevaba semanas comentando con su círculo estrecho de asesores la posibilidad de perdonarse a sí mismo en una aplicación sin precedentes de esta extraordinaria competencia presidencial; una herramienta en principio bastante útil que, siempre en principio, le absolvería de delitos como el de presionar a un responsable del estado para alterar el resultado de las elecciones presidenciales en Georgia, crimen que podría inferirse de la llamada que realizó hace unos días al secretario del Estado, Brad Raffensperger.

Sin embargo, la idea de la autoamnistía no está nada clara. De hecho, la Oficina de Asesoría Legal de la Casa Blanca mantiene desde hace décadas como principio que el presidente carece de poder para perdonarse a sí mismo, tal y como figuró en un memorando emitido justo antes de la renuncia del presidente Richard Nixon en agosto de 1974. Los abogados argumentaron que, en términos muy generales, «nadie puede ser juez en su propio caso», aunque señalaron que el vicepresidente o el Congreso podían indultar a un presidente en determinadas situaciones.

Frente a este escenario, Trump considera que está plenamente capacitado para perdonarse a sí mismo, aunque se ha vanagloriado también de que no tiene motivos para hacerlo al considerar que no ha cometido delito alguno. «Como han afirmado numerosos juristas, tengo el derecho absoluto para perdonarme, pero, ¿por qué haría eso cuando no he hecho nada malo?», manifestó el presidente en 2018 a través de un mensaje publicado en su cuenta de Twitter.

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