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La ola de calor se carga a Abraham Lincoln: la escultura de Washington aparece sin cabeza

La réplica se moldeó para rendir homenaje al legado del presidente responsable de la abolición de la esclavitud

La ola de calor que está abrasando Estados Unidos es tan extrema que ha mandado a la guillotina a Abraham Lincoln, concretamente a su escultura en Washington DC, que ha aparecido sin cabeza. Las altas temperaturas no sólo han disparado los termómetros, también le han volado la cabeza al decimosexto presidente de EE UU (1861-1865), el responsable de la abolición de la esclavitud.

El monumento a Lincoln se encuentra en Camp Barker, que en la época de la Guerra Civil era un campamento de refugiados en el que había afroamericanos que habían sido esclavos. El lugar alberga ahora la escuela primaria Garrison, frente a la que se sitúa la efigie.

El autor de la obra es el artista Sandy Williams IV, que moldeó esta réplica  de la original, construida hace un siglo, por encargo de la organización sin fines de lucro CulturalDC, para conmemorar el legado del presidente responsable de la Proclamación de Emancipación. Forma parte de The Wax Monument, una serie de réplicas de monumentos públicos populares y símbolos culturales, dentro de la exposición 40 Acres: Camp Barker.

Precedentes dramáticos

De hecho, este Lincoln no es únicamente una escultura de 1,8 metros de altura, es también una vela. Su primera versión tenía más de 100 mechas, pero se tuvo que hacer una segunda porque al encenderlas… se derritió buena parte de la talla, antes de que se celebrara la ceremonia conmemorativa. Tras ello, en la nueva versión se colocaron menos mechas, y todas ellas se posicionaron de forma estratégica para evitar una nueva desgracia. Además, se le añadió un aviso en una placa que que se encuentra en la base del documento: «Por favor, apaga la mecha en uno o dos minutos».

Ya que han tenido que ver al orador del icónico discurso de Gettysburg decapitado, los estadounidenses han intentado compensar la triste imagen con un poco de humor. Hay quien no ha dejado escapar la ocasión de decir que «mantuvo la cabeza fría durante la Guerra Civil, pero una ola de calor le vino grande» a Lincoln, asesinado por un actor de un disparo en abril de 1865, durante una representación en el teatro Ford, en el que ocupaba un asiento en el palco.

La cabeza del monumento se está restaurando y, por el momento, desde el cuello sólo se puede ser un alambre que sobresale. Se le colocará de nuevo esta semana, según indican los medios locales.

«Esta escultura de cera de 3.000 libras está destinada a arder como una vela y cambiar con el tiempo, pero este calor salvaje ha dañado a Lincoln. Toda esa cera se está inclinando con el peso de 2024 y el estado de nuestro planeta, que se calienta. No podemos prometer que se mantendrá erguido en los próximos meses, pero, sinceramente, ¿quién lo hará?», ha expresado la organización Cultural DC.