Maduro se encomienda a Chávez para celebrar la victoria del dictador Ortega en Nicaragua

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Los dictadores Daniel Ortega y Nicolás Maduro, junto a un monumento a Bolívar. (TW)

El dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, ha felicitado este lunes a su amigo totalitario nicaragüense, Daniel Ortega, quien ha resultado reelegido para un tercer mandato consecutivo en las elecciones de este domingo, llenas de sospechas y tras la demolición de la oposición después de que el Gobierno ‘expropiara’ el partido más crítico.

«Victoria de la Patria Grande en Nicaragua. Felicitaciones [email protected] Abrazo con Chávez de todo nuestro Pueblo. Qué Viva Bolívar y Sandino», escribió Maduro en su cuenta de Twitter.

En un comunicado, la cancillería venezolana extendió el reconocimiento a la esposa de Ortega y vicepresidenta, Rosario Murillo, por «la inobjetable victoria perfecta del Frente Sandinista en las elecciones presidenciales».

El gobierno venezolano consideró la reelección de la pareja como un triunfo «contra el imperialismo y sus aliados nacionales, que pretenden restaurar la noche oscura del neoliberalismo en nuestra región».

Con 66,3% de las mesas escrutadas, Ortega obtenía 72,1% de los votos y es reelecto para un período de cinco años que comenzará el 10 de enero de 2017.

«Es el resultado de una extraordinaria movilización de las fuerzas populares», agrega el comunicado venezolano. El gobierno de Maduro reiteró, además, «toda su voluntad» de seguir trabajando junto a Nicaragua desde la Alianza Bolivariana para los Pueblos de las Américas.

«No reconocemos esta farsa»

Daniel Ortega, de la mano de su esposa, Rosario Murillo, ejercerá un tercer mandato consecutivo y se prepara para consolidar un poder absoluto, sin una oposición real, mientras sus adversarios desconocen el resultado electoral y piden repetir la elección.

Ortega, que ya había gobernado a Nicaragua con la revolución sandinista entre 1979 y 1990, arrasó con 72,5% de los votos frente al 15% para el candidato del derechista Partido Liberal Constitucionalista (PLC), Maximino Rodríguez, ha indicado este lunes el reporte final del Consejo Supremo Electoral (CSE).

Sin embargo la oposición advirtió que no acepta los resultados debido a una abstención «masiva», y exigió convocar nuevas elecciones con un tribunal electoral imparcial y la presencia de observadores internacionales.

«No reconocemos los resultados de esta farsa y con la fuerza de la voluntad manifestada por el pueblo de Nicaragua, las declaramos nulas», manifestó el domingo la dirigente del opositor Frente Amplio de la Democracia (FAD), Violeta Granera.

EEUU califica el proceso de «viciado»

El gobierno estadounidense también se mostró preocupado por el proceso electoral nicaragüense, cuyo portavoz adjunto del Departamento de Estado, Mark Toner, considera «viciado», y ha criticado la ausencia de observadores internacionales y el cierre de espacios a la oposición.

La oposición calcuala que la abstención fue de más de 70%, incluso en lugares donde el partido de Ortega tenía influencia, pero según el CSE fue de un 31,8%. Pero las leyes nicaragüenses no contemplan una participación mínima para validar una elección, por lo que el candidato que obtenga más votos gana la contienda.

Antes de los comicios, grupos opositores llamaron a no votar para deslegitimar el proceso electoral, del que quedaron excluidos tras un fallo de la Justicia que los despojó de la representación legal del Partido Liberal Independiente cuatro meses antes de las elecciones.

La pareja presidencial

Los comicios han estado dominados por Ortega, quien cumplirá 71 años este viernes. El mandatario llevó a su esposa y mano derecha Rosario Murillo como candidatura a la vicepresidencia, con quien ha cogobernado los últimos años

Murillo, de 65 años, ha sido la portavoz del gobierno de Ortega, pero sus labores van más allá de la comunicación: controla la agenda oficial y ejerce una influencia en el Gobierno que nadie se atreve a contrariar.

Militante sandinista desde la década de 1970 y madre de 10 hijos, dos adoptados, esta excéntrica poetisa de 65 años conocida por su estilo autoritario es adorada por los simpatizantes de Ortega y apodada «bruja» por los opositores. «Durante los últimos 10 años, la señora Murillo ha asumido en muchas ocasiones las funciones de jefe de Estado», dijo a la AFP por correo electrónico Verónica Rueda Estrada, una experta en Nicaragua de la Universidad de Quintana Roo de México.

La oposición acusa a Ortega, quien controla todo el aparato estatal, de querer instaurar una nueva dinastía en el país similar a los Somoza, familia que rigió los destinos de Nicaragua entre 1934 y 1979.

 

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