Invasión rusa de Ucrania

Los guerrilleros chechenos de Putin muestran sus combates en Ucrania al grito de «¡Alá es grande!»

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Pelayo Barro

Todas las miradas apuntan este lunes al Kremlin, después de conocerse las imágenes de la matanza de civiles que las tropas rusas han perpetrado en el pueblo ucraniano de Bucha. Mientras Occidente señala al Kremlin por crímenes contra la humanidad durante la invasión, los milicianos islamistas de Chechenia enviados por Vladimir Putin a Ucrania prosiguen su asalto a Mariúpol y al Dombás bajo el grito «¡Allahu Akbar!» («¡Alá es grande!»).

Los milicianos enviados por el caudillo checheno Ramzán Kadýrov, firme aliado de Putin en su invasión de Ucrania, relatan en sus redes de propaganda sus avances sobre el terreno. Fueron enviados con la misión de asesinar al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en la primera etapa de la invasión. Pero tras la incapacidad para tomar Kiev y las constantes pérdidas en el campo de batalla, Moscú les redestinó a Mariúpol y a zonas del Dombás.

Los ‘Kadyrovites’, como se ha denominado a estos milicianos al servicio de Kadýrov, han asumido esta invasión como una ‘guerra santa’. Y así lo muestran en cada vídeo que publican tras una escaramuza o posando con civiles ucranianos detenidos. En las imágenes se escucha con claridad el takbir, la profesión de fe habitual de los islamistas radicales que también utilizan otros grupos como el Daesh: «¡Allahu Akbar!». Además, acompañan sus gritos levantando el dedo índice al suelo, en un gesto que forma parte de esa declaración religiosa típica en los grupos integristas.

Los vídeos de sus combates en Mariúpol y en otros puntos de Ucrania también van acompañados de canciones guerreras, denominados nasheeds. Este tipo de cánticos han sido muy utilizados durante la última década por el Estado Islámico y otros grupos terroristas para hacer propaganda y proselitismo de su actividad terrorista.

Masacre en Bucha

Mientras, el mundo muestra su conmoción tras conocer las duras imágenes captadas en Bucha, localidad próxima a Kiev recientemente liberada por el Ejército ucraniano. Las tropas rusas han dejado tras de sí un reguero de civiles muertos en las calles de la localidad, muchos de ellos maniatados con lazos a la espalda o con cables de electrodomésticos. También se han localizado fosas comunes con manos y pies asomando de la tierra. Escenas que apuntan a flagrantes crímenes contra la humanidad.

La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha alertado este lunes de que existen graves indicios sobre posibles «crímenes de guerra» en el marco d la invasión rusa de Ucrania y ha pedido abrir una investigación independiente sobre lo sucedido en Bucha, donde se han recuperado los cuerpos sin vida de más de 300 personas tras la retirada rusa.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha calificado de «genocidio» la matanza de civiles perpetrada por fuerzas rusas. Al ser preguntado en la CBS si Rusia está perpetrando un genocidio, Zelenski ha contestado afirmativamente. «Por supuesto. Esto es un genocidio», ha declarado. «La eliminación de una nación entera y su pueblo. Somos ciudadanos de Ucrania. Tenemos más de cien nacionalidades. Esto va de la destrucción y exterminación de todas estas nacionalidades», ha afirmado.

Por su parte, el portavoz del Kremlim, Dimitri Peskov, afirma que «esta información debe ser cuestionada» y ha añadido que «los vídeos no pueden ser de confianza debido a que especialistas del Ministerio de Defensa ruso han identificado signos de falsificación», según ha recogido la agencia rusa de noticias Interfax.

Sin embargo, las pruebas aportadas por Rusia consisten en un extracto de un vídeo en el que, supuestamente, se observa a uno de los cadáveres moviendo la mano. En el metraje completo se observa que es un efecto óptico que continúa una vez que la grabación avanza.

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