Europa abraza a Zelenski, que pide a la UE que «refuerce nuestra defensa fabricando armas en Ucrania»

En una reunión extraordinaria del Consejo Europeo celebrada este jueves en la capital belga, los líderes de la Unión Europea (UE) han debatido sobre el rearme del continente, en el contexto actual de la creciente tensión con EEUU y la guerra en Ucrania. El encuentro, convocado de urgencia por el presidente del Consejo Europeo, António Costa, ha contado con la presencia destacada del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien irrumpió en la agenda con una petición contundente: que Europa no sólo apoye a Ucrania con armas, sino que invierta en fabricarlo directamente en su territorio.

La cumbre, que reunió a los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete, se desarrolló bajo un aire de gravedad poco habitual. Desde el inicio, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, marcó el tono al declarar: «Europa se enfrenta a un peligro claro y debe ser capaz de defenderse».

Von der Leyen, acompañada por Costa, escenificó un gesto simbólico al recibir a Zelenski a las puertas del edificio Europa, subrayando la unidad entre la UE y Ucrania en este «momento existencial».  Zelenski, visiblemente agradecido, pero firme en sus demandas, aprovechó su intervención para agradecer el respaldo europeo desde el inicio de la invasión rusa en 2022. «No estamos solos, y eso lo sentimos en el corazón del pueblo ucraniano», afirmó Zelenski, antes de lanzar su propuesta estrella: «Necesitamos defensa aérea, armas y munición, pero también pedimos que Europa refuerce nuestra industria de defensa fabricando en Ucrania. Es hora de entregas a tiempo y de una alianza más profunda», ha reseñado.

El líder ucraniano argumentó que esta medida no solo fortalecería a su país en el frente, sino que también impulsaría la autonomía estratégica de la UE frente a un mundo cada vez más incierto. La idea del rearme europeo, que lleva  semanas gestándose, encontró en esta cumbre un respaldo casi unánime. Los líderes debatieron el ambicioso plan presentado por Von der Leyen días atrás, que prevé movilizar hasta 800.000 millones de euros en la próxima década, incluyendo 150.000 millones en préstamos para inversiones militares. «En tiempos extraordinarios, necesitamos medidas extraordinarias», insistió la presidenta, quien defendió que este esfuerzo no solo rearmará a Europa, sino que también pondrá a Ucrania en una posición de fuerza para negociar una paz «justa y duradera». António Costa reforzó esta visión al señalar que «la seguridad de Europa y la de Ucrania van de la mano», abogando por decisiones concretas que blinden al bloque ante futuros desafíos.

Sin embargo, la unidad no estuvo exenta de tensiones. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, volvió a desmarcarse, amenazando con bloquear las conclusiones sobre Ucrania y abogando por negociaciones directas con Rusia. «Hungría defiende la paz, no la prolongación de la guerra», afirmó. Fuentes diplomáticas sugieren que, ante este obstáculo, los Veintisiete podrían avanzar sin Budapest, optando por una declaración en nombre de 26 países o del propio Costa como representante del bloque.

Entre los apoyos más firmes destacó el del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, quien reiteró el compromiso de España con Ucrania -incluidos 1.000 millones de euros en ayudas- y llamó a «dar certezas» a Europa. Otros líderes, como el polaco Donald Tusk, fueron más allá: «Europa puede ganar cualquier conflicto con Rusia si se rearma de forma efectiva y rápida», afirmó, subrayando la necesidad de una carrera armamentística inteligente.

Por su parte, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, dijo que a Ucrania se le debería garantizar la seguridad de la OTAN, incluido el Artículo 5, pese a no se miembro real de la alianza militar.

La cumbre ha cerrado con un mensaje claro: Europa está decidida a dejar atrás su dependencia estratégica y a asumir un rol protagonista en su defensa. La propuesta de Zelenski de fabricar armamento en Ucrania, aunque aún en fase de estudio, fue recibida con interés por varios líderes, quienes ven en ella una oportunidad para fortalecer tanto a Kiev como a la propia industria europea.