Groenlandia, por cierto, ya perteneció a América en los albores de la humanidad: los primeros pobladores, que nunca llegaron a establecerse de forma permanente, fueron grupos amerindios (inuit del norte de América) desde el tercer milenio antes de Cristo. Y así fue durante cuatro milenios.
La mayor isla del mundo tiene una extensión de 2,1 millones de kilómetros cuadrados y sólo tiene 56.000 habitantes. Pero, ¿qué alberga Groenlandia en su subsuelo que la hace tan deseable para Trump? Ni más ni menos que unos importantes yacimientos de hidrocarburos, de uranio y de oro. Y, sobre todo, la isla es la promesa de yacimientos importantes de las llamadas tierras raras, unos recursos minerales cruciales en la actualidad que se necesitan para el desarrollo de la industria de los coches eléctricos o de las baterías de gran capacidad.
Los minerales llamados tierras raras (hasta 17) son imprescindibles en:
- tecnología sanitaria
- óptica
- sistemas de defensa militares
- informática
- energías renovables
- energía nuclear civil y militar
La guerra comercial y tecnológica de EEUU con China no es ajena a este deseo de Trump de poseer Groenlandia. Las tierras raras se elevan como uno de los campos de batalla entre ambas potencias. La gran dependencia que tiene EEUU en el suministro de estos recursos naturales sobre China hace que las tierras raras jueguen un papel principal en cualquier posible futuro acuerdo comercial o tecnológico. China representa más del 80% de las importaciones de tierras raras para EEUU pese a sólo albergar el 37% de las reservas mundiales de estas materias primas.
La paralización o restricción en las exportaciones de estos 17 minerales por parte de China, desde su posición dominante, ya fue uno de los mayores temores de la pasada administración de Donald Trump. China, que ha intervenido en su producción, mantiene la capacidad de procesamiento global de tierras raras, mientras la australiana Lynas Corp es la única empresa no china con una capacidad significativa.
Desde Washington son conscientes de que las tierras raras podrían ser la principal arma de Pekín en la guerra comercial y que si China corta el grifo de las exportaciones tendría consecuencias directas, y a largo plazo, sobre la economía de EEUU. De ahí que Trump busque tierras raras fuera de su territorio.
Aplicaciones de las tierras raras
Las tierras raras tienen numerosas aplicaciones. El escandio, por ejemplo, está en la estructura de los aviones, en las raquetas de tenis o en las bicicletas para hacerlas más duras. El itrio se encuentra, por su parte, en objetos como las pantallas LCD o en bombillas de bajo consumo, asegura Ricardo Prego Reboredo, profesor de investigación del CSIC, a la BBC.
El praseodimio y el neodimio «son muy importantes en la fabricación de imanes y motores eléctricos, sobre todo, en aerogeneradores y en vehículos eléctricos. También en drones», sostiene.
Los 17 minerales de Groenlandia que quiere Trump
Las tierras raras que abundan en la Groenlandia que desea Trump es el nombre común de 17 elementos químicos: dos metales (escandio e itrio) y los 15 elementos del grupo de los lantánidos:
- escandio
- itrio
- lantano
- cerio
- praseodimio
- neodimio
- prometio
- samario
- europio
- gadolinio
- terbio
- disprosio
- holmio
- erbio
- tulio
- iterbio
- lutecio