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Guerra

Tácticas militares conocidas de guerras de la antigüedad

Las guerras de la antigüedad han dejado un legado histórico fascinante, lleno de tácticas militares ingeniosas y estratégicas.

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Durante milenios, la humanidad ha estado inmersa en conflictos bélicos que han dado lugar a la creación y desarrollo de diversas tácticas militares. En este artículo, exploraremos algunas de las tácticas más conocidas de las guerras de la antigüedad que han dejado una huella imborrable en la historia.

Tácticas de combate

La falange macedonia

Una de las tácticas más famosas y efectivas de la antigüedad fue la falange macedonia, utilizada por el gran conquistador Alejandro Magno. Consistía en una formación de infantería pesada en la que los soldados se alineaban en filas profundas con sus largas lanzas, llamadas sarisas, por delante.

Esta táctica permitía a los macedonios avanzar de manera disciplinada y mantener una poderosa defensa contra los ataques enemigos. La falange macedonia se convirtió en una herramienta clave para el éxito de Alejandro Magno en sus campañas militares.

La tortuga romana

Otra táctica militar famosa de la antigua Roma era la formación conocida como «tortuga». Esta formación se utilizaba especialmente durante los asedios para proteger a los soldados de los proyectiles enemigos. Los soldados se agrupaban en una formación cerrada, con los soldados de las filas exteriores sosteniendo sus escudos sobre sus cabezas y los de las filas interiores cubriendo los flancos y la parte posterior.

Esta formación proporcionaba una protección casi impenetrable y permitía a los romanos avanzar hacia las murallas enemigas sin sufrir grandes bajas.

La caballería pesada

La caballería pesada, utilizada por los antiguos persas, griegos y romanos, era una táctica militar muy efectiva en la antigüedad. Consistía en un grupo de jinetes montados en caballos fuertes y bien entrenados, equipados con lanzas y armaduras pesadas. Esta táctica permitía a la caballería romper las líneas enemigas, especialmente la infantería ligera, y causar un caos en sus filas.

Además, la caballería pesada también era utilizada para flanquear al enemigo y atacar desde los costados o por la retaguardia, lo que a menudo resultaba en una victoria aplastante.

El ataque por sorpresa

Una táctica militar que ha sido utilizada con éxito a lo largo de la historia es el ataque por sorpresa. Consiste en tomar desprevenido al enemigo atacándolo de manera inesperada y rápida. Esta táctica se ha utilizado en diferentes formas en guerras antiguas, como la Batalla de Troya, donde los griegos utilizaron el famoso caballo de madera para infiltrarse en la ciudad y derrotar a los troyanos. El elemento sorpresa puede desequilibrar rápidamente una batalla, causando pánico y confusión en las filas enemigas.

Guerrilla en la guerra de los pueblos íberos

Durante la conquista romana de la península ibérica, los pueblos íberos utilizaron tácticas de guerrilla para resistir a los invasores. En lugar de enfrentarse directamente a los romanos en batallas campales, los guerrilleros íberos aprovechaban su conocimiento del terreno y su movilidad para atacar a los romanos de forma sorpresiva y luego retirarse rápidamente. Esta táctica les permitía desgastar al enemigo sin exponerse a un enfrentamiento directo, lo que dificultaba la tarea de los romanos de someter a los rebeldes.

Formación en cuña de los ejércitos cartagineses

Los cartagineses, en particular bajo el mando de Aníbal Barca, utilizaron una táctica conocida como formación en cuña. Esta táctica consistía en concentrar la fuerza de ataque en el centro de la línea enemiga, mientras los flancos se mantenían más débiles. Una vez que los flancos del enemigo se habían debilitado, los cartagineses podían rodearlo y atacar desde todas las direcciones. Esta táctica fue utilizada con gran éxito en la famosa batalla de Cannas, donde el ejército cartaginés derrotó a las fuerzas romanas.

Tácticas de emboscada del Imperio Romano

El Imperio Romano también utilizó tácticas de emboscada durante sus campañas militares. Los romanos eran expertos en construir caminos, por lo que aprovechaban esta habilidad para tender trampas a sus enemigos. Utilizaban técnicas como construir caminos falsos que llevaban a emboscadas, o esconder tropas en bosques o montañas para atacar al enemigo desprevenido. Estas tácticas les permitían obtener una ventaja estratégica sobre sus oponentes y lograr victorias sorpresivas.

Asedio de fortalezas

Durante la antigüedad, los asedios a fortalezas eran una táctica común utilizada para conquistar territorios. Los ejércitos sitiadores rodeaban la fortaleza y la aislaban completamente, impidiendo que los defensores recibieran suministros o refuerzos. Utilizaban máquinas de asedio, como catapultas y arietes, para debilitar las murallas y abrir brechas en ellas.

Los asedios podían prolongarse durante meses e incluso años, pero los ejércitos sitiadores eran persistentes y utilizaban su fuerza y recursos para finalmente tomar la fortaleza.

En conclusión, las tácticas militares de las guerras de la antigüedad eran variadas y reflejaban el ingenio y la creatividad de los comandantes y soldados de la época. Como se suele decir, todo servía en la guerra. Desde las formaciones de falange en Grecia hasta las tácticas de emboscada en el Imperio Romano, estas estrategias han dejado un legado duradero en la historia militar.

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