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El origen del «café con leche»

Entre las curiosidades que rodean a productos de alimentación diarios, ¿sabes cuál es el origen del café con leche? Toma nota.

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  • Francisco María
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El café con leche es una de las bebidas a base de café más consumidas en el mundo. Como sabemos, se trata de mezclar café espresso con la misma cantidad leche, normalmente de vaca, lo que en otros lugares se conoce como capuchino. Sin embargo, existen otras variantes que resultan de la combinación de café y leche como el macchiato o latte, cuya preparación depende de la proporción entre leche y café, es decir, de la cantidad de ambas bebidas.

El origen de «café con leche» se remonta a tiempos antiguos, alrededor del siglo XVII, con historias provenientes de dos lados del mundo muy diferentes.

Origen del café con leche en Asia

El primer país de Europa en obtener cafetos provenientes de Yemen fue Holanda, gracias a los esfuerzos del comerciante Pieter van den Broecke, quien comenzó a cultivarlos en el invernadero del Jardín Botánico de Ámsterdam.

Años después en 1658, la Compañía Holandesa de las Indias Orientales llevó la especie a Ceilán (ahora Sri Lanka) y la cultivó allí por primera vez, sin éxito. Tras descubrir que los granos crecían mejor en Java, la entonces isla holandesa se convirtió finalmente en el principal proveedor de granos de café de Europa.

Sin embargo, la primera vez que se mezcló leche en una taza de café no fue en Países Bajos, sino en China en 1660. La idea fue de Nieuhoff, un embajador holandés que durante su estancia en China decidió añadir leche entera al café, siguiendo la tradición de la época de los manchú al agregar leche a su té.

Origen del café con leche en Europa

El origen del café con leche en Europa se sitúa en Austria, durante una batalla en Viena en la que los ejércitos cristianos derrotaron a los invasores turcos de Kara Mustapha. Tras ser expulsados, los soldados musulmanes dejaron atrás unos sacos de granos de café que fueron donados a modo de recompensa a un soldado polaco llamado Jerzy Franciszek Kolschitsky.

El soldado, que provenía de una familia noble, montó su propia cafetería en Viena en 1684 (siglo XVI), la cual sería una de las primeras de Europa. A pesar de servir el café como lo solían preparar los turcos, los vieneses no terminaban de aceptar esta infusión hecha con café, pues era demasiado fuerte y amarga.

En un intento por complacer a sus clientes, el joven Kolschitsky se puso a experimentar e ideó un gran plan en su cabeza. Primero filtró el café antes de servirlo para separar los gránulos del agua y luego añadió un poco de miel y de leche al café, para que tuviese un sabor dulce y agradable. Eventualmente, la miel fue reemplazada por el azúcar y así fue como se popularizó la mezcla de café con crema de leche y azúcar entre sus clientes.

El origen del café con leche en la corte

El café con leche se fue extendiendo poco a poco entre la nobleza y una de sus primeras aficionadas fue María Antonieta, reina de Francia e hija de los Archiduques de Austria. La noble era una abanderada del refinamiento, por lo que le dio a esta bebida un carácter lujoso.

Después de la Revolución Francesa, con la burguesía como nueva clase emergente, la bebida del café con leche se extendió por toda Francia hasta convertirse en la bebida predilecta de los franceses a la hora del almuerzo. Pero no sería sino hasta el siglo XIX cuando esta deliciosa bebida se hizo popular entre las clases obreras, como merienda o cena, sustituyendo muchas veces a la cerveza o al vino como bebida energizante.

A partir del siglo XX, el café con leche se consolidó en todas las cafeterías con máquina de café expreso, siendo uno de los cafés más demandados en España y el resto del mundo.

El origen del café con leche en España

En España, el origen del café con leche se sitúa en Plasencia, cuando el médico del cabildo Juan de Tariol incluyó su receta, como uno de sus remedios, en su libro “Noticias de el Caphe”. En dicho libro, datado en 1692, se relataban los beneficios de los granos de esta maravillosa planta traída de Oriente Medio.

Pero además de los beneficios, el doctor explicaba las distintas formas de consumir el café, entre las que destacaba su mezcla con la leche y azúcar, y la forma de prepararlo adecuadamente. En la segunda mitad de siglo XVII, el café comenzó a ser introducido en capitales como Madrid, Barcelona o Cádiz.

En España, el «café con leche» se convirtió en parte de la cultura del desayuno y la merienda, siendo común disfrutarlo en cafeterías y hogares. Cada región tiene su propia forma de prepararlo; por ejemplo, en Andalucía, es habitual que se sirva en proporciones iguales de café y leche, mientras que en otras zonas se puede preferir un café más fuerte con menos leche.

Con la colonización y la migración, el «café con leche» también se expandió por América Latina, donde adoptó diversas variantes. En países como Argentina, Uruguay y México, se ha convertido en un símbolo de la cultura cafetera local, con diferentes costumbres en su preparación y consumo.

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