Historia
Historia

Descubrimiento asombroso: el ADN confirma que los gatos llegaron a Europa desde África, y no desde Asia

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

Durante mucho tiempo se pensó que los orígenes de los gatos estaban en Asia y que habían llegado a Europa junto a los primeros agricultores. Esa versión parecía encajar bien, hasta que un estudio genético ha revisado su ADN y ha reflejado que el mapa nos lleva a otro punto del Mediterráneo.

Según el estudio publicado por Science, el origen de los gatos que hoy viven con nosotros no apunta a Asia, sino al norte de África. Además, los datos genómicos muestran que los felinos que se extendieron por Europa hace miles de años no eran domésticos, sino salvajes europeos.

Descubren que los gatos llegaron a Europa desde África gracias al ADN

El equipo que firma la investigación analizó 87 genomas de ejemplares antiguos y modernos. Con ese mosaico comprobaron que los gatos domésticos auténticos solo aparecen en Europa hace unos 2.000 años.

Y el primer rastro claro se encuentra en Cerdeña, donde un ejemplar de hace unos 2.200 años coincide genéticamente con felinos del norte de África. A partir de ahí, se observa una expansión rápida por Italia, Austria, Serbia y hasta Inglaterra, siguiendo caminos comerciales y militares de la época.

Los investigadores describen que los gatos que muchos creían domésticos en yacimientos neolíticos eran salvajes europeos con una pequeña parte de linaje africano. Esa mezcla confundió a generaciones de arqueólogos, porque el ADN mitocondrial daba pistas engañosas.

El genoma completo despeja la duda y permite separar a los felinos realmente domesticados de los híbridos antiguos, algo que hasta ahora no se podía hacer.

El avance del linaje doméstico coincidió con una actividad marítima intensa en el Mediterráneo. Los barcos que movían grano necesitaban gatos para mantener el cargamento a salvo de roedores, y esos animales viajaban con la tripulación sin mayor ceremonia.

Al llegar a los puertos, se asentaban en almacenes y zonas de paso. Desde ahí, seguían rutas terrestres que conectaban el interior del imperio. El ejército también difundió estos animales mientras transportaba provisiones, lo que aceleró su expansión en cuestión de pocas generaciones.

Cómo eran los gatos que provenían del norte de África

El ancestro directo de los gatos actuales, el gato montés africano (Felis silvestris lybica), tenía un aspecto muy parecido a un atigrado grande y esbelto. Era algo más musculoso y con las patas más largas, lo que le daba un movimiento rápido y una postura más firme.

Su pelaje variaba entre tonos arena y gris amarillento, con rayas oscuras que a veces se quebraban en manchas. Las orejas tenían un tono rojizo y la cola mostraba varios anillos hasta llegar a la punta negra. Su agudeza sensorial le permitía cazar en silencio y moverse solo durante la noche.

La diferencia con los gatos domésticos actuales no está tanto en la forma, sino en la variedad. Hoy vemos colores y patrones que nacen de siglos de convivencia humana. Entonces, aquel felino africano mantenía un aspecto uniforme y salvaje.

Lo que revela este estudio es que su llegada a Europa no ocurrió en la prehistoria, como se creía, sino en un momento mucho más reciente y desde un origen africano que ahora encaja mejor con la evidencia genética.