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Los enigmas de la figura de Felipe III: el rey que marcó el declive de un imperio

La figura de Felipe III es un enigma que todavía hoy fascina a historiadores y estudiosos de la historia de España. Vemos algunos enigmas.

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Felipe III
Los enigmas de la figura de Felipe III.
Francisco María
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Felipe III, conocido como “El Piadoso”, es recordado principalmente por su gran devoción religiosa. Sin embargo, también ha sido retratado como un monarca perezoso e incapaz de gobernar por sí mismo.

Dentro de la dinastía de los Austrias, Felipe III es considerado uno de los llamados “Austrias menores”. Su reinado se vio empañado por las figuras de su padre y su hijo. A pesar de su perfil discreto, fue testigo de importantes acontecimientos, como la tregua con los holandeses y la expulsión de los moriscos.

Un monarca cuestionado

Felipe III nació en el alcázar de Madrid. Fue el tercer hijo de Felipe II y Ana de Austria. Tras la muerte de sus hermanos mayores, Fernando y Diego, se convirtió en heredero del trono. Fue jurado como príncipe por las Cortes en 1584.Palacios reales

Para entender la dimensión humana de Felipe III, es importante tomar en consideración su historia personal. Desde joven, se mostró incapaz de cumplir las expectativas desmesuradas de su padre, Felipe II. Esto se hizo más intenso por la trágica historia de su primer hijo, el príncipe don Carlos.

Muchos piensan que Felipe III “nació cansado”. Vivió a la sombra de su padre, pero estaba en desacuerdo con la política nacionalcatólica de Felipe II. Durante su reinado optó por un enfoque más pragmático y pacifista, alejado de la ideología de su predecesor.

Al ascender al trono, Felipe III permitió que Francisco de Sandoval, marqués de Denia y luego duque de Lerma, ejerciera el poder de forma no oficial. Esta práctica era habitual en la Europa del siglo XVII. La política de Lerma se centró en mantener la paz internacional, expulsar a los moriscos y enriquecerse personalmente.

El festín de la corrupción

El Duque de Lerma aprovechó cualquier oportunidad que le ofreciera su cargo y la confianza del rey para enriquecerse. Su corrupción, junto con sus asociados como el conde de Lemos y el marqués de Siete Iglesias, se volvió escandalosa. A pesar de sus éxitos diplomáticos, como la paz de Italia con Saboya y Venecia, la corrupción de Lerma se volvió insostenible.

Los intentos de Lerma por mantener su influencia fueron frustrados por su hijo, el duque de Uceda, y el confesor real, fray Luis de Aliaga, en un episodio conocido como la revolución de las llaves.

Lerma perdió finalmente el favor real el 4 de octubre de 1618. El duque de Uceda y fray Luis Aliaga asumieron conjuntamente el gobierno, pero su gestión se caracterizó por la incapacidad y la falta de ascendencia sobre el monarca.

Un legado controvertido

A pesar de ser un monarca culto y piadoso, Felipe III fue conformista y mediocre. Se mantuvo enfocado en la suntuosidad y el esparcimiento cortesano. Su reinado se caracterizó por la conservación de los dominios y una estrategia pacifista, aunque también por la polémica expulsión de los moriscos en 1609, promovida por Lerma.

Felipe III implementó una política reformista para fortalecer el poder de la Corona. Intentó racionalizar la situación financiera y administrativa. Así mismo, replanteó el papel hegemónico de la monarquía española.

En política exterior, buscó evitar conflictos, poniendo fin al enfrentamiento con Inglaterra y manteniendo acuerdos con Francia. Tras la bancarrota de 1608, aceptó una tregua de doce años con las Provincias Unidas y decidió expulsar a los moriscos.felipe-III-reyes-españa (1)

Se puede decir que el reinado de Felipe III estuvo lleno de luces y sombras, como el período de paz conocido como la Tregua de los Doce Años y la intervención en la guerra de los Treinta Años.

A pesar de sus esfuerzos por mantener la hegemonía de la Monarquía Católica con una política prudente, esto se hizo imposible con el inicio de la guerra de los Treinta Años. Sin embargo, también hay investigaciones que revalorizan la figura de este monarca y de su reinado, pues reconocen sus intentos de reforma y pragmatismo en política exterior.

La política exterior

Otro enigma que envuelve la figura de Felipe III es su política exterior. Durante su reinado, España se vio envuelta en numerosos conflictos militares, como la Guerra de los Treinta Años y la Guerra de Sucesión de Mantua, que debilitaron aún más la posición del imperio español en Europa. Además, la expulsión de los moriscos en 1609 provocó la pérdida de una parte importante de la población y de la mano de obra en España, lo que afectó negativamente a la economía del país.

Decadencia cultural en España

La decadencia cultural también fue un aspecto destacado del reinado de Felipe III. A pesar de contar con artistas de renombre en su corte, como Velázquez y Lope de Vega, la producción artística y literaria de la época no alcanzó el esplendor de periodos anteriores. La censura y la represión cultural impuestas por la Inquisición contribuyeron a la falta de libertad creativa y a la decadencia de las artes en España.

A pesar de los intentos de rehabilitar su imagen en años posteriores, Felipe III sigue siendo recordado como un rey débil y poco competente que contribuyó al ocaso de una de las potencias más importantes de la época.

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