Historia
Arqueología

Descubrimiento histórico: hallan por primera vez herramientas de tatuaje usadas por los mayas hace 15 siglos

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

Durante siglos, los tatuajes han sido una forma de identidad, resistencia, y rito. Marcar la piel ha servido para contar historias, sellar compromisos, invocar poder. Pero aunque sabemos que los mayas también practicaban esta forma de arte corporal, lo cierto es que nunca se habían encontrado las herramientas que lo hicieran posible. Hasta ahora.

Arqueólogos de Estados Unidos y Dinamarca han encontrado lo que parece ser la primera prueba física de esta práctica: dos buriles de piedra cuidadosamente tallados, usados hace más de 1.500 años para tatuar.

Descubren herramientas de tatuaje maya en una cueva

El hallazgo tuvo lugar en plena selva de Belice, en la cueva Actun Uayazba Kab, un sitio sagrado que los antiguos mayas consideraban la puerta al inframundo.  Los investigadores no se esperaban que estos fragmentos de piedra, lejos de ser simples cuchillas, tuvieran el filo justo, la forma precisa y hasta residuos de pigmento negro: probablemente hollín o carbón.

Según el estudio publicado por W. James Stemp y su equipo, las piezas muestran marcas de uso compatibles con la perforación repetida de piel, y no con la talla de madera o hueso. «El tatuaje por punción consiste en insertar directamente el pigmento en la piel con la punta de una herramienta», explican.

Las herramientas fueron halladas en un entorno cargado de simbolismo: un borde elevado sobre piscinas naturales dentro de la cueva, donde seguramente se realizaban rituales.

Por su ubicación y las pruebas reunidas, los arqueólogos creen que estos instrumentos fueron usados en ceremonias especiales, probablemente para tatuar a personas de alto estatus o con fines religiosos. Luego, como parte del mismo ritual, habrían sido rotos y depositados como ofrendas.

Hasta ahora, todo lo que sabíamos sobre el tatuaje maya venía de las crónicas españolas y del arte clásico: estelas, figurillas, dinteles. Los conquistadores contaban que los hombres se tatuaban como prueba de valor, y las mujeres por belleza. Los diseños incluían serpientes, águilas, glifos, y en algunos casos, se usaban incluso como castigo.

¿Cómo eran los tatuajes mayas?

Los tatuajes mayas no eran ornamentales. Representaban deidades, animales sagrados, hazañas, linaje, transiciones vitales. Un jaguar en el pecho podía hablar de poder; un glifo en la frente, de jerarquía. Eran marcas permanentes, hechas con dolor y mucho propósito.

El proceso era arcaico. Se trazaba el diseño sobre la piel y luego se realizaban múltiples punciones con herramientas de hueso, espinas o piedra, impregnadas con tintas naturales. A diferencia del cuerpo pintado, que se borra con el tiempo, el tatuaje era una afirmación eterna.

Lo que más sorprende de este descubrimiento es que, por fin, se ha dado con la evidencia material que respalda siglos de suposiciones. «Los tatuajes eran sociales y ceremoniales», concluyen los autores del estudio.

La cueva, el desgaste de las piezas, el pigmento hallado, todo apunta a que los antiguos mayas no sólo tatuaban por gusto, sino que lo hacían como parte de algo más grande. Un ritual, una promesa, o una herida abierta al otro mundo.