Así se creó Christiania, la mayor comuna del mundo en el centro de Copenhague
Pocas ciudades en el mundo pueden considerarse tan aparentemente libres como la ciudad de Christiania, una enorme comuna legal situada en el barrio de Christianshavn, en el centro de la capital de Dinamarca, Copenhague. De este asentamiento se han dicho muchas cosas, buenas y malas, pero lo cierto es que los 1.000 habitantes que conviven en las 34 hectáreas de la comuna, siguen allí desde que en 1971 ocuparan el terreno.
Es uno de los lugares que más llama la atención a los visitantes, pero antes de entrar en la comunidad hay que leer una serie de normas para que el funcionamiento siga siendo el deseado dentro de la comuna. La controversia siempre ha rodeado a esta población, que ha estado en disputa con el gobierno danés durante años, hasta que consiguió ser independiente y autosuficiente. Al salir de Christiania se puede leer «You’re now entering the EU», ya que no se consideran ciudadanos europeos.
Sus orígenes
En 1971, un padre, cansado de ver como sus hijos no podían jugar en ningún sitio, decidió apropiarse de unos terrenos abandonaos, de propiedad militar, y hacer que sus hijos crecieran libres. Nadie de la familia podía imaginar lo que supuso el derribo de esa valla en terreno militar.
Al poco tiempo, este pequeño movimiento, que comenzó a ser algo cultural, empezó a plantearse el uso que podrían darle a aquel barracón militar olvidado y promover la libertad dentro de una comuna. Fue el movimiento de la asociación Provo la que declaró esos terrenos como de su propiedad y vivirían siguiendo las reglas de su propia comuna.
La asociación Provo tiene sus orígenes en Holanda como una organización de ideal anarquista pero que promovían diferentes estructuras de gobierno a través del pacifismo. Provo vio un lugar idóneo pero comenzar este «experimento» de sociedad al margen de la propia sociedad.
El propio gobierno no vio con malos ojos que Christiania siguiera adelante, o por lo menos no hizo ningún intento por desmantelarla. Muchos pensaban que en algún momento, la comuna quebraría y se disolvería poco a poco, así que serviría como experimento social.
Nada más lejos de la realidad. A Christiania comenzaron a llegar visitantes de toda Europa con la intención de pertenecer a la comunidad.
Pacto con el gobierno
Desde el año 2004 la comuna comenzó a tener problemas con el gobierno danés, sobre todo por la legalidad de drogas blandas dentro de Christiania. Con esto, las redadas eran muy frecuentes en la zona, y la comuna adoptó una posición más abierta respecto al gobierno del país.
En 2012 compraron gran parte de los terrenos ocupados al estado, y actualmente la propiedad pertenece a la comunidad. Nadie puede vender ningún terreno de manera individual, y siempre tiene que ser bajo la supervisión del gobierno de Dinamarca.
Además, la comunidad estipula una serie de cláusulas para un posible comprador de terreno, ya que tienen una obligaciones con el gobierno. En la comuna pagan luz y agua, tienen escuelas, parques y la mayor parte de los ingresos vienen de la venta de droga, como marihuana, legal dentro de la comunidad, o puestos para los turistas.
Interés turístico
El barrio de Christiania se ha convertido en uno de los más visitados de la capital danesa. La posibilidad de consumir droga sin que ocurra nada, o comprar bebidas y comida a un 50% más barato que en el resto de Copenhage, hace de la comuna uno de los lugares más visitados de la ciudad.
Aunque se puede llenar de turistas, está prohibido hacer fotos, a no ser que los miembros de la comunidad te autoricen. Y es que hace unos años se organizaban tour pero los comunales de Christiania acabaron prohibiéndolos por como los mostraban al mundo.