Gastronomía
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Todos los niños de los 80 merendaron esto alguna vez: hoy hay que explicárselo a nuestros hijos

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

La merienda es uno de esos momentos del día en que se aprovecha para tomar un dulce que da energía sin llenar demasiado. Las opciones son variadas: puede ser una pieza de fruta, un yogur o algo rápido para salir del paso. Pero en los años 80 destacaba un pastelito que hoy en día ya no es tan popular entre los más jóvenes, pero que quienes vivieron aquella generación recuerdan con nostalgia.

Este bollo tenía la combinación exacta entre un dulce que no empalaga y un bocado ligero. Era práctico, se llevaba a cualquier parte y gustaba a prácticamente todo el mundo.

Esta es la merienda que marcó a los niños de los años 80

La Pantera Rosa de Bimbo fue la merienda que dejó huella en los niños de los 80. Aquel pastelito rosa se veía desde lejos en cualquier quiosco. Cuando aparecía en la mochila, el día cambiaba para mejor.

Su sabor era suave, de vainilla, pero tenía un toque ácido del glaseado rosa y del relleno. El bizcocho quedaba tierno, casi húmedo, y el dulce acompañaba sin resultar pesado.

La receta nunca se ha publicado, aunque se intuye que el bizcocho se hace con una mezcla clásica de harina de trigo, huevo, azúcar y levadura, con un aroma claro a vainilla. En el centro llevaba una capa mínima de mermelada de fresa que añadía un matiz afrutado. El glaseado rosa, brillante y espeso, era lo que más destacaba. Incluso sin el envoltorio, cualquiera podía reconocer que se trataba de la Pantera Rosa.

La historia detrás del nombre de esta merienda tan popular

El pastelito apareció en 1973. Lo creó el químico catalán Josep Pujol tras la adquisición de la licencia del personaje por parte de Bimbo. La empresa buscaba un producto que destacara en un mercado dominado por bollería marrón y beige. Su idea fue unir un sabor reconocible con un envoltorio que llamara la atención del público infantil. La apuesta fue directa y funcionó.

A finales de los 70 y durante los 80, la Pantera Rosa ya era imprescindible. Los niños la pedían casi sin pensar. El color, la textura y la asociación con los dibujos animados la convirtieron en una parte fija del recreo.
por qué se llama así esta merienda

Bimbo aprovechó la popularidad de la Pantera Rosa para dar identidad a un pastelito que compartía el mismo color. Los niños reconocían el personaje, el tono del glaseado y el envoltorio antes incluso de probarlo. Esa unión entre imagen, color y sabor creó una marca que no necesitaba presentación.

Otras meriendas que marcaron los años 80

Si bien esta era una merienda que destacaba en los 80, también había otras variedades que llamaban la atención y se adaptaban al estilo de vida de entonces. Donuts, Bony, Tigretón, Círculo Rojo, Phoskitos o los Bucaneros llenaban mochilas y recreos.

En casa, las meriendas eran más de bocadillos de Nocilla, pan con chocolate, pan con aceite y azúcar o galletas María mojadas en leche. Eran opciones rápidas, sencillas y habituales.

Las chuches también eran un clásico. Peta Zetas, chicles Boomer, Palotes o Sugus aparecían en cualquier bolsillo. Al final, había algo para cada momento, y aunque hoy en día casi nadie las recuerde con detalle, en la memoria de quienes vivieron aquella época siguen ocupando un lugar.