Gastronomía
Alimentos

Hoy pondríamos el grito en el cielo, pero en los años 80 todos los niños lo merendamos alguna vez

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

La merienda es ese momento sagrado del día que siempre ayuda a aguantar la tarde. Puede ser una pieza de fruta, un yogur, una barrita de cereales o un bocata hecho en casa. Sin embargo, antes, en los años 80, lo más popular era algo que hoy resultaría impensable ver comer a un niño.

En este caso no se trata de un producto con exceso de azúcar o grasas saturadas, sino de lo que representaba. Aquella merienda tan popular en esos años simulaba que un niño estaba fumando mientras esperaba a sus padres.

Esta es la merienda de los años 80 que hoy sería impensable para los niños

La merienda que en los años 80 todos los niños conocían y que hoy resulta impensable eran los cigarrillos de chocolate. Se trataba de unas barritas de cacao envueltas en un papel blanco fino que imitaba casi a la perfección el diseño de los cigarrillos de tabaco reales. Un niño de seis o siete años sacaba su «cigarrillo» de una cajetilla de cartón con una naturalidad que hoy asustaría a cualquier padre o maestro.

Puede que el chocolate no fuera lo más sabroso ni tan atractivo como una Pantera Rosa, pero la gracia estaba en que los niños se sentían adultos por un momento, aunque aquello no fuera lo más saludable del mundo.

Las tiendas de barrio y los quioscos estaban llenos de estas cajetillas, que recordaban vagamente a marcas como Winston o Camel. Existían versiones como los cigarrillos Van Gogh, que más tarde derivaron en otros formatos, o los conocidos de Casa Eceiza, en Tolosa.

Aquella costumbre de «jugar a fumar», que los adultos de la época veían como algo gracioso y normal, hoy resulta impensable. Nadie en su sano juicio se atrevería a comercializar algo que incite de forma tan directa a un hábito tan nocivo desde la infancia.

Fumar tiene efectos directos sobre los pulmones y la salud en general, y normalizar ese gesto desde pequeños, aunque sea a modo de juego, acaba banalizando un hábito que pone en riesgo el bienestar.

Cuándo y por qué se dejó de vender esta merienda típica de los años 80

Los cigarrillos de chocolate desaparecieron de los estantes españoles a finales de 2005. La responsable directa fue la aprobación de la Ley Antitabaco (Ley 28/2005), que buscaba poner orden en una sociedad donde se fumaba en casi cualquier espacio cerrado.

El artículo 19.3 de ese texto legal fue el verdugo definitivo: prohibió vender a menores cualquier producto que imitara el tabaco e indujera a fumar, señalando específicamente a los dulces y juguetes que resultaran atractivos para los niños.

La industria tuvo que adaptarse: eliminaron el papel blanco que envolvía el chocolate, quitaron la punta roja y cambiaron el nombre por «lápices de chocolate» o simplemente «barritas». Desapareció así el marketing infantil que buscaba normalizar el gesto de llevarse un cilindro a la boca para imitar a los mayores.

Que los cigarrillos de chocolate hayan desaparecido dice mucho de cómo ha cambiado la sociedad y de una mayor conciencia sobre lo que se normaliza desde la infancia.