Vicente Gil: «El ‘caso Koldo’ y Venezuela es el Watergate de Sánchez»

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El caso Koldo apesta hoy más que ayer. Un comandante de la Guardia Civil ha sido detenido por su supuesta relación con la trama y avisarles de que estaban siendo investigados. ¿Saben dónde está destinado este oficial de la Guardia Civil? En la embajada de España en Venezuela. En la Agregaduría de Interior en Caracas. O sea. Fue alejado de España y premiado allí por Marlaska con todos los extras para la nómina de un destino así. ¿Qué relación tiene un oficial de la Guardia Civil destinado en Venezuela con Koldo y compañía?

La relación del caso Koldo y el Delcygate es, cada vez, más inevitable. Aquella noche de enero de 2020 en Barajas en la que Ábalos, Koldo y Víctor de Aldama fueron a verse con la vicepresidenta de Venezuela y, como publicó OKDIARIO en su momento citando a un testigo, terminan trasladando «dos carros con maletas al exterior de la zona pública para ponerlos en los vehículos sin pasar ningún control de aduanas». Hoy intuimos que lo de menos, aquella noche en Barajas, fue si Delcy pisó o no suelo español.

Tal y como se publicó en su momento, Ábalos recibió el encargo de verse con Delcy directamente de Moncloa y no del ministro del Interior, que hubiera sido el conducto lógico e, incluso, el destinatario natural del encargo si el problema real hubiese sido que Delcy no pisara suelo europeo. ¿Alguien imagina un avión oficial venezolano aterrizando en Barajas porque le da la gana, sin un plan de vuelo y una comunicación previa?

El testigo de aquella noche apuntaba a que había una cuarta persona en el grupo. Al mes siguiente, el policía al que se relacionó con la custodia de los vídeos de seguridad del aeropuerto, Rubén Eladio López Martínez, fue fichado por Ábalos como director de la Unidad de Emergencias, Seguridad y Crisis del Ministerio de Transportes. Los vídeos fueron destruidos por orden judicial, a petición de la fiscalía de Dolores Delgado, pese a que el archivo de la causa fue provisional.

El caso Koldo apesta muchísimo, por más que Sánchez haya dicho, desde Brasil, que es «un caso aislado que se ha atajado ya». No se lo cree ni él. Mejor dicho. No se lo cree, especialmente, él. «El caso Koldo duerme en La Moncloa», decía Miguel Tellado a OKDIARIO hace unos días.

La sucia maquinaria monclovita intenta a la desesperada parar este tsunami con las manos y se ha puesto en marcha aprovechando que el lunes es el 20 aniversario del 11M. Sánchez ya ha dado la consigna desde Brasil: «El PP ha creado un bulo con el caso Koldo como el del 11M». Y lo dice, sin inmutarse, el rey del bulo y la mentira. ¿Se puede ser más inmoral y sinvergüenza? ¿Escudarse en 200 personas asesinadas para tapar la corrupción de su gobierno, que, según el PP, «duerme en La Moncloa»?

El asunto es mayúsculo por más que intenten disimular. Porque no lo controlan. Porque les preocupan las piezas más bajas del escalafón en esta trama corrupta y zafia de bizums donde ponían «la puta de ayer» o «mamadas» en el concepto de pago. Les preocupa que los Koldos y compañía, o cualquier funcionario o testigo, se sientan abandonados por los de arriba y empiecen a cantar La Traviata.

Hoy, Óscar Puente, encargado por Sánchez de cuidar el gallinero de Transportes, ha dicho que no ve motivos para destituir a nadie más. Puente debe de tener un problema acuciante de vista porque los tiene a todos a su lado, empezando por el número tres del ministerio, Jesús Manuel Gómez García, habitual de La Chalana con Koldo.

Puente ha dicho que no ve motivos para despedir, por ejemplo, al hermano de Koldo, enchufado en Emfesa, empresa de Adif, cuyo director también es habitual de La Chalana. Al hermano de Koldo, la UCO lo grabó diciendo que iban a nombrar a Pedro Saura presidente de Correos y que a él lo iban a mandar de jefe de seguridad. ¿Cómo sabían Koldo y su hermano que Sánchez, María Jesús Montero y Puente iban a nombrar a Pedro Saura presidente de Correos? Que alguien me lo explique. Pedro Saura fue el número dos de Ábalos en Transportes.

Ayer detallamos la relación de los altos cargos del ministerio de Puente relacionados con la trama, todos de Adif, la empresa pública más beneficiada por los fondos europeos, con 2.555 millones de euros. Y, en especial, el caso de Ángel Contreras, otro habitual de La Chalana con Koldo, ascendido por Óscar Puente en noviembre a presidente de la compañía en plena polémica por las averías y descarrilamientos de los Cercanías en Madrid. Conteras, que es de Torrente (Valencia) como Ábalos, era el director del Servicio de Gestión y Mantenimiento de Adif. Es decir, el responsable del lamentable estado de las vías de tren en España pese al pastón recibido de Europa. ¿Dónde fue el dinero? ¿Por qué Puente lo ascendió con estos antecedentes?

Miren. Esto no es un caso aislado por más que Sánchez intente mentirles una vez más.

Este jueves van a aprobar la amnistía para que Sánchez y su mujer puedan bunkerizarse en La Moncloa cuatro años más. Ahora, lo necesitan más que nunca porque las cartas empiezan a estar boca arriba.

Empezamos a saber que, quizá, el interés de Sánchez por seguir en el poder no era consecuencia sólo de su narcisismo patológico, sino de la imperiosa necesidad de blindarse ante posibles responsabilidades incluso judiciales. Él es diputado, pero su mujer no. Sánchez deliberó y votó en Consejos de Ministros, donde debió, aparentemente, inhibirse. La Ley de Altos Cargos de la Administración General del Estado castiga la no inhibición en los supuestos que prevé con el inmediato apartamiento del cargo.

Esto no es un caso aislado. El caso Koldo, salvando las diferencias, es el Watergate de Sánchez. El caso Koldo es el GAL del sanchismo. Así que, parafraseando a Rubalcaba, tenemos derecho a un Gobierno que no nos mienta. Tenemos derecho a un Gobierno que nos diga la verdad. Tenemos derecho a saber: ¿quién es la X del caso Koldo?

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