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Los vecinos claman contra el derribo de la cruz de Castellón: «Sólo quieren abrir viejas heridas»

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El PSOE y Compromís han derribado la cruz del parque Ribalta de Castellón por «franquista». Un argumento que ha desatado las protestas vecinales que desde primera hora de este miércoles frente al monumento antes de su retirada. «Quieren abrir viejas heridas del pasado», defiende uno de los vecinos entrevistados por Cake Minuesa.

A las ocho de la mañana la grúa ya trabajaba en el derribo de la cruz. Los primeros vecinos ya presenciaban la escena entre lágrimas y rezos portando la bandera de España. El Ayuntamiento de PSOE y Compromís aprobó su derribo alegando que era un símbolo franquista. Una medida que cuesta al erario público ni más ni menos que 60.000 euros.

Cake, con mucha ironía, destaca este nuevo «logro de la izquierda»: gastar dinero de los ciudadanos en quitar símbolos cristianos. Los vecinos que pasan por allí no dan crédito: «Verónica Ruiz (concejala de Cultura) es la promotora del derribo de la cruz y todo lo que pretende es abrir viejas heridas del pasado para enfrentar al pueblo», defiende uno de ellos.

Norberto Dominguez, de Abogados Cristianos, tacha de «aberración» el derribo de la cruz: «En esta época crisis y de inflación destinar 60.000 euros para derribar un símbolo religioso que no molesta a nadie para atacar la libertad religiosa y vulnerar los derechos de los ciudadanos es una aberración que sólo puede hacer alguien que odia la cruz».

«Este Gobierno lo han votado los españoles y nos están quitando la historia», «¿A quién estorbaba aquí la cruz?, ¿qué le vamos a contar a nuestros hijos y nietos?», «Es una barbaridad pero cada uno gobierna hacia su lado». Son sólo algunas de las opiniones de los vecinos, que no entienden la decisión de los socialistas.

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