El hombre tranquilo que es Rajoy se mosquea cuando le preguntan por la victoria de Sánchez
Mariano Rajoy trata de aplacar la inquietud interna tras la elección de Pedro Sánchez como nuevo secretario general socialista. El presidente del Gobierno prefiere optar por la tranquilidad y el «paso a paso», la misma fórmula que otras veces le ha dado tan buenos resultados. El de este lunes fue un Rajoy bronco, enfadado y arisco, aunque en su mensaje templase los ánimos y descartase unas nuevas elecciones.
El clima en la dirección ‘popular’ es de preocupación absoluta. Rechazar el adelanto electoral es una opinión casi unánime, como también sus motivos: altos dirigentes coinciden en que, ahora sí, los últimos escándalos de corrupción podrían pasarles una factura definitiva.
La primera aparición pública de Rajoy tras las primarias, este lunes, ha sido inédita: hacía meses que el presidente del Gobierno no comparecía tras la reunión de su Comité Ejecutivo Nacional, el cónclave de sus barones. Optó por hacerlo para dar la cara ante la pregunta inevitable: la valoración del triunfo de Sánchez. La evitó como pudo, esquivando, en tono por momentos inusualmente agresivo, la insistencia de los periodistas.
En su lugar, Rajoy se dedicó a loar los logros de sus políticas en la recuperación económica y la creación de empleo y a pedir «serenidad» y «moderación».
La opción de un adelanto no es en absoluto lo que más agrada al presidente, que, a punto de sacar los Presupuestos Generales, es partidario de que la legislatura avance un poco más. Por lo menos hasta 2019, cuando se celebran también comicios autonómicos y municipales.
«No es el mejor momento»
Si el arco parlamentario ya es ahora adverso, el próximo no haría más que acentuar esa inestabilidad, admiten en el PP, donde todos ven claro un retroceso aunque se ganen las elecciones. Sin socios sólidos para pactar- porque, para los ‘populares’, Ciudadanos ya no lo es- en fuentes internas se admite que “no es el mejor momento” para volver a las urnas.
La elección de Sánchez les ha cogido con el pie cambiado, aunque hace tiempo, señalan en la cúpula del PP, dejó de sorprenderles lo que pasa en el principal partido de la oposición. El mensaje del presidente es que, con Sánchez al frente del socialismo, habrá diálogo «si quiere» y acuerdos «si quiere», según fuentes internas. La frase, textual, la trasladó este lunes el presidente a sus barones.
Desconfianza total
No obstante, la desconfianza de Rajoy hacia Sánchez es total. Las relaciones entre los dos líderes nunca han sido fluidas, y, sin duda, el retorno del socialista añade un elemento de incertidumbre nada despreciable a la legislatura, tanto en el tono como en su duración.
Aunque hacía tiempo que se asumía que tanto con Sánchez como con Díaz la relación sería complicada, el político madrileño representa un plus de dificultad. Por su política, mucho más escorada a la izquierda y, sobre todo, por la brutal oposición a Mariano Rajoy, que convirtió en su principal lema de campaña.
Por eso, los resultados de las primarias desconciertan en el PP. Reconocen que la elección de Sánchez es el peor de los escenarios y fuentes de la dirección ‘popular’ temen que su victoria suponga una vuelta al «no es no». Con Sánchez, añaden, será tremendamente difícil consensuar asuntos de Estado. Tanto por su actitud, radicalmente encontrada a Rajoy, como porque el presidente del Gobierno no se fía de él como interlocutor.
En la recámara de Moncloa están aún varios pactos de Estado, cruciales para Rajoy- pensiones, desafío territorial, financiación-que el presidente quería sacar adelante con el apoyo de los socialistas. Bien es cierto que la negociación de los Presupuestos ha revelado que una mayoría es posible sin el PSOE, pero esta es ciertamente inestable. A Rajoy le desagrada fiar el avance de la legislatura a partidos tan volubles como el PNV o PDeCAT. De cara a Europa, además, le gustaría mantener buenas relaciones con su principal adversario político.
El PP, ha dicho en abierto el presidente del Gobierno, seguirá apostando por «la estabilidad, la moderación, el diálogo y los acuerdos». Un día después de las primarias socialistas, Rajoy reveló también que aún no se había puesto en contacto con Sánchez. «Para no molestarle», ironizó.
Elecciones si hay amenaza de moción
Otra cosa es que el nuevo secretario general fuerce una moción de censura. En ese caso, el adelanto cobra un nuevo sentido.
Sánchez no ha descartado esa posibilidad, que, matiza, será en cualquier caso “liderada por el PSOE y para que prospere, no para que se pierda”, dijo hace unos días en alusión a la misma iniciativa, registrada ya por Podemos. Para prosperar, habría de contar con una mayoría absoluta del Congreso, para lo que tendría que aliarse, además, con las formaciones independentistas.
No obstante, en el PP expresan sus dudas de que unas elecciones anticipadas representen, hoy por hoy, el escenario más favorable incluso para Sánchez, con un PSOE en descomposición y que, calculan, “podría caer al entorno de los 50 escaños».
En el momento en que esa eventual moción se registre, Rajoy estaría incapacitado para disolver las Cortes y anticipar elecciones con lo que el presidente se vería obligado a convocar en el mismo momento en que se detecten movimientos para registrar la moción.
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