Lay de Memoria Democrática

Sigue el show guerracivilista: Moncloa monta una «ceremonia de entrega» de los exhumados en el Valle

Moncloa Valle de los Caídos
Francina Armengol y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, en la conferencia política 2023 del PSIB-PSOE.

Mientras sigue en el aire quién presidirá el próximo Gobierno de España, el Ejecutivo en funciones no pierde ni un segundo en continuar con su show guerracivilista. El pasado 31 de julio, tras el paso de los españoles por las urnas, Moncloa reunió a 70 familias para notificarles que la exhumación de resto del Valle de los Caídos se estaba realizando con «máxima dificultad». Ahora, los ministros de Sánchez se volverán a poner sus mejores galas para escenificar la entrega de restos a sus familiares. Félix Bolaños, aún responsable de Presidencia, será el encargado de presidir e intervenir en el acto «de reparación» de este domingo en el que se devolverá a sus allegados los restos mortales de sólo cuatro víctimas, de Pajares de Adaja y de Navalmoral de la Sierra (Ávila), tras su reciente exhumación de Cuelgamuros y la posterior identificación.

Después del bombo y platillo con el que el Gobierno ha insistido en su lucha para la compensación de las víctimas de la dictadura, la realidad se ha impuesto a los deseos de los mandatarios socialistas y comunistas. Según los expertos encargados de las exhumaciones, los trabajos para recuperar los restos enterrados en el Valle de los Caídos son «extremadamente» complejos. Tanto es así que de las 70 familias pendientes de encontrar los restos de sus familiares, el equipo encargado sólo ha sido capaz de localizar e identificar los huesos de cuatro víctimas.

El Gobierno de Pedro Sánchez, recogiendo el testigo de José Luis Rodríguez Zapatero en esta materia, ha tratado de devolver al debate público el guerracivilismo que parecía no solo olvidado, sino perdonado y zanjado entre españoles, siendo ese el motor que impulsó la Transición, un régimen con el que hay que acabar según la facción podemita del Ejecutivo en funciones.

Complicaciones

El propio Gobierno reconoce que las dificultades técnicas que entrañan los trabajos de búsqueda de los inhumados son muy grandes y entrar en las criptas no garantiza que se localicen los cuerpos, o que posteriormente puedan ser identificados. Según admitió en su día Presidencia, el proceso es el «más complejo» de los que se han acometido en nuestro país y será largo en el tiempo debido al estado de las criptas.

De hecho, un estudio encargado por el Ejecutivo en 2011 concluye que «al no existir un registro de entrada que asegure el contenido de los columbarios, la posibilidad de conocer el número de restos óseos que lo componen es muy limitado».

«La identificación individual de los restos óseos depositados en las criptas y/o capillas queda casi imposibilitada, dado el estado de los columbarios observados y el esparcimiento de los restos por las criptas y/o capillas», se recoge en el documento.

En el documento se explica el avanzado estado de deterioro en las criptas, con huesos mezclados, «además de una muy probable separación de restos óseos de un mismo individuo en diferentes lugares», lo que dificulta extraordinariamente el proceso de exhumación e identificación.

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