Los indultos del 1-O

Sánchez hace suyo el relato de Junqueras contra la sentencia del Supremo: fue una «venganza»

Sánchez: "En los valores constitucionales no se encuentra la venganza"

Junqueras tras ser condenado: "Esto no es justicia, es venganza"

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Agustín de Grado
  • Agustín de Grado
  • Subdirector y responsable del Área Política en OKDIARIO. Antes jefe de área en ABC, subdirector en La Razón y director de Informativos en Telemadrid.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, prepara el relato para justificar ante la opinión pública los indultos de los golpistas catalanes. «Creo que en los valores constitucionales no se encuentra la venganza», ha dicho en la rueda de prensa que ha ofrecido en Bruselas tras el Consejo Europeo. Venganza. Es el mismo concepto que utilizó Oriol Junqueras al conocer la sentencia del Tribunal Supremo que le condenó a 13 años de cárcel por sedición. «Esto no es justicia; es venganza», afirmó el cabecilla de los golpistas en la conversación telefónica que mantuvo con sus colegas de ERC a los pocos minutos de conocerse el fallo, en octubre de 2019, de la que informaron todos los medios.

El argumento de «no es justicia, es venganza» fue inmediatamente asumido por todos los condenados por el golpe del 1-O. En un artículo que firmaron después, además de Junqueras, Carmen Forcadell, Dolors Bassa, Raül Romeva, Jordi Turull, Josep Rull, Quim Forn, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, los líderes del golpe separatista consideraron que la sentencia del Supremo «no ha hecho justicia», sino que el Estado había buscado «venganza y castigo».

La postura de Pedro Sánchez ante los indultos no es el fruto de unas convicciones. Ha variado en función de sus intereses políticos. En las semanas previas a las elecciones generales de noviembre de 2019, cuando el líder socialista se jugaba su continuidad en la Moncloa, proclamó: «El acatamiento de la sentencia significa su cumplimiento, reitero, su íntegro cumplimiento». Y añadió: «Nadie está por encima de la ley y todos estamos obligados a su cumplimiento». No había opción para los indultos.

Año y medio después, cuando su continuidad en la Moncloa ya no depende del voto de los españoles, sino de que los socios de ERC le sigan manteniendo el apoyo, Pedro Sánchez da un giro de 180 grados, da a entender que la sentencia unánime del Tribunal Supremo no fue dictada por criterios estrictamente jurídicos y asume el relato victimista de los condenados: están en prisión por venganza.

Así, a la pregunta de un periodista de qué le ha hecho pasar en un año de defender el cumplimiento íntegro de las penas de todos ellos a estar dispuesto a indultarles, el presidente ha afirmado: «Es muy importante mirar al futuro, aprender de los errores, y en la Constitución no está la revancha ni la venganza, está el diálogo, la vocación que debemos tener todos por restañar fracturas y construir convivencia. Es lo que va a hacer el Gobierno de España».

El presidente ha abierto la puerta a que el cumplimiento íntegro de las penas de los golpistas (condición del acatamiento de la sentencia, según sus propias palabras) sea disuelto en lo que ha denominado como un esfuerzo para «construir la convivencia», que, en su opinión, pasa por «la concordia, el entendimiento y el diálogo». Son pasos que el presidente está dispuesto a dar sin que ninguno de los condenados por el 1-O hayan dado muestras de arrepentimiento por la concordia, el entendimiento y el diálogo sin imposiciones para «construir la convivencia». Al contrario, todos se jactan públicamente de que volverían a hacerlo. Hasta el punto de que el referéndum de independencia sigue siendo el objetivo del nuevo Govern de la Generalitat, como ha dejó claro Pere Aragonès en su discurso de investidura.

La concesión de los indultos a los líderes separatistas será una decisión que el Gobierno tome sin el aval de la Fiscalía, que ya ha elevado su informe desfavorable, ni del tribunal que juzgó a los sediciosos, ya que el Tribunal Supremo, como ha adelantado OKDIARIO este martes, también lo desaconsejará. El dictamen del Alto Tribunal es preceptivo, pero no vinculante para el Gobierno.

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