Sánchez esconde la amnistía y el resto de cesiones al separatismo en su balance del año en Moncloa

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, no ha mencionado ni una sola vez la Ley de Amnistía -la norma más importante y polémica impulsada por su gabinete durante el año en curso- en su balance de 2023 que está a punto de finalizar. Tampoco ha mencionado ninguna de las otras medidas que su partido ha negociado y entregado al separatismo, en contra de la opinión generalizada -también dentro del PSOE-, como el mediador internacional o el trato fiscal diferenciado para Cataluña.

Sánchez ha tardado, en concreto, 42 minutos en referirse por primera vez a Cataluña y a la amnistía y ha sido a raíz de la pregunta efectuada por una de las periodistas presentes en la rueda de prensa, no por iniciativa propia. «Nada nuevo bajo el sol», ha dicho sobre la exigencia que Pere Aragonés lanzó este martes, en su discurso navideño, de negociar el referéndum a lo largo de 2024. Pese a que la estabilidad de su Gobierno depende de los partidos separatistas, el socialista ha tratado de eludir las referencias a Cataluña. Su respuesta ha sido breve. Sánchez ha justificado además la necesidad de reformar el sistema de financiación «en diálogo con todas las comunidades autónomas».

El líder socialista, que fue investido gracias a Junts per Catalunya, ERC y Bildu tras múltiples cesiones como la Ley de Amnistía, el traspaso de Rodalies o beneficios fiscales para el Govern, no ha hecho referencia alguna en su intervención inicial a la norma de olvido penal que está siendo revisada por la Comisión Europea y el Consejo de Europa. Una ley que ya se está tramitando en el Congreso y que, según confesó él mismo, se vio obligado a conceder para seguir en el poder.

Sánchez ha comparecido tras la reunión del último Consejo de Ministros del año, que ha durado más de lo previsto por las diferencias entre los dos socios de coalición, y ha puesto de relieve que el suyo es «un Gobierno de progreso comprometido con el diálogo tal como requiere la realidad territorial política».

«Dialogaremos con todo el mundo, negociaremos hasta la extenuación y acordaremos con todas aquellas formaciones políticas que quieran acordar», ha defendido.

Subida del IVA

El líder socialista ha dedicado gran parte de su intervención a desgranar las medidas económicas que ha adoptado el Consejo de Ministros para apoyar a ciertos sectores, y agravar la situación de otros, como las grandes empresas y la banca.

En este sentido Sánchez ha destacado la gratuidad del transporte para el próximo año o la prohibición de los desahucios de familias vulnerables. El Gobierno ha prorrogado además el impuesto a los beneficios del sector financiero o empresas y ha acordado retirar las rebajas del IVA a la electricidad y el gas, pese a que los precios siguen siendo muy elevados.

El jefe del Ejecutivo, sin embargo, ha hecho una lectura completamente distinta y triunfalista del precio de la energía, destacando que «hace una semana el precio de kilovatio/hora era siete veces inferior al de hace un año». También ha celebrado los datos de afiliación a la Seguridad Social «con 150.000 desempleados menos, pese al contexto de gran complejidad por la guerra en Ucrania y en Oriente Medio».

Para Sánchez «hoy contamos con un Estado del Bienestar más robusto y más preparado para cualquier desafío». «Reforzar el Estado del Bienestar no es un capricho, es un deber y una obligación» ha manifestado el presidente del Gobierno.

El socialista emprenderá este miércoles un viaje a Irak, el último del año. A su regreso, este viernes, el secretario general del PSOE acometerá su primera crisis de Gobierno para relevar a la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, que el próximo lunes asumirá el cargo de presidenta del Banco Europeo de Inversiones. Él mismo ha confirmado la fecha de la remodelación del gabinete pero sin dar ninguna pista sobre quién ocupará este cargo de máxima relevancia en cualquier Gobierno.