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Sánchez se blinda de sus barones críticos con las cesiones fiscales a ERC: «Ni responde a los mensajes»

En Moncloa y en Ferraz creen que el periodo vacacional habrá servido para "calmar las aguas y las críticas" de los barones

  • Joan Guirado
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

Pedro Sánchez convocará a los barones territoriales del PSOE, a principios del mes de septiembre, para «zanjar la polémica» de la financiación singular de Cataluña. En Ferraz creen que durante el mes de agosto, con las vacaciones, «se han calmado las aguas y las feroces críticas» al pacto alcanzado con ERC. Y ahora sí es el momento, «con Salvador Illa ya investido como president», para aceptar la celebración de un Consejo de Política Federal extraordinario. Durante las últimas semanas, el jefe del Ejecutivo, completamente desconectado en Lanzarote, «ni ha respondido a los mensajes» que le han mandado los barones.

Desde que se conocieron los términos del acuerdo entre el PSOE y ERC, con la mayoría de federaciones socialistas alzando la voz, la máxima impuesta en Ferraz era «evitar cualquier contacto de los barones con Pedro Sánchez». De ahí que el presidente haya vaciado por completo su agenda todo el mes de agosto. Algo que no había hecho hasta ahora desde que llegó a La Moncloa en 2018. Este agosto únicamente tendrá en agenda la reunión del Consejo de Ministros del día 27 y, posteriormente, una gira por África, con visitas a Mauritania, Gambia y Senegal. La vicepresidenta primera y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, se ha encargado personalmente de «crear una barrera de protección» al presidente. Según fuentes de su entorno, Pedro Sánchez «ni ha respondido a los mensajes que le han mandado los barones».

Durante sus vacaciones, los únicos contactos políticos que ha mantenido Sánchez, durante su estancia en La Mareta (Lanzarote), han sido con Illa, José Luis Rodríguez Zapatero y Fernando Grande-Marlaska. Ha hablado ocasionalmente por teléfono con Montero, con el ministro Félix Bolaños y con la portavoz gubernamental, Pilar Alegría. Desconexión total en uno de los momentos más críticos a nivel interno de su segunda etapa al frente del Partido Socialista. Con todos ellos, también con algún intercambio de mensajes con Santos Cerdán, cuyo único acometido a día de hoy es convencer a Junts de que no deje de apoyar al Ejecutivo, Pedro Sánchez ha preparado el terreno de esa Conferencia de Política Federal en la que tendrá que escuchar las quejas de sus barones.

Para apaciguarlos, no obstante, la factoría Moncloa ya ha trazado una estrategia clara. Sánchez llegará al encuentro acompañado del president Illa, como «símbolo del éxito» de su «estrategia con Cataluña». Fuentes cercanas al jefe del Gobierno recuerdan que «algunos han criticado permanentemente la gestión que se estaba haciendo en Cataluña y se ha demostrado ser la acertada». Por eso coinciden en que ahora «toca poner en valor» que el PSOE ha recuperado la Generalitat. «De esto deberíamos alegrarnos todos». Además, consideran que «de la misma forma que vieron los beneficios de los indultos y de la amnistía, también acabarán viendo los beneficios de este acuerdo fiscal que corrige una deuda histórica con Cataluña».

El jefe del Ejecutivo quiere utilizar este encuentro con los líderes territoriales para celebrar la elección de Illa como nuevo president de la Generalitat. Encumbrándolo como nuevo referente autonómico, pese a la mayoría absoluta de Emiliano García-Page.

El enésimo cambio de opinión

El concierto económico recogido en el acuerdo entre el PSC y ERC para investir a Salvador Illa permitirá a Cataluña abandonar el régimen común -modificando la Ley de Financiación de las comunidades autónomas-. Una bilateralidad entre esta comunidad y el Gobierno central en materia fiscal que el PSOE aseguró que nunca existiría porque no estaba dispuesto a renunciar a «la igualdad y la redistribución de la riqueza».

Sin embargo, como en otras ocasiones, Pedro Sánchez ha vuelto a cambiar de opinión y ahora se enfrenta a las reticencias de su partido. De los 16 barones del PSOE, siete han mostrado su rechazo a esta financiación singular -más de la mitad-, mientras otros seis apoyan el acuerdo -siete, si consideramos, obviamente, al propio Illa- y tres -Diana Morant, Francina Armengol y Eneko Andueza- han intentado pasar de puntillas.

Illa llamó a sus compañeros

El líder del PSC, Salvador Illa, descolgó el teléfono en los días previos a ser investido para llamar y «tranquilizar» a sus compañeros líderes territoriales del partido. El líder de los socialistas catalanes, en cada una de las llamadas que realizó, transmitió a sus homólogos que la gestión del concierto económico insolidario que ha entregado Sánchez a Cataluña no tendrá consecuencias en sus respectivos territorios. «Nos ha dicho que estemos tranquilos, que la caja la gestionará el PSC» explicó a principios de agosto a este periódico uno de los barones consultados.