Fractura en el separatismo: Puigdemont no coge el teléfono a Torrent y se siente traicionado por ERC
El aplazamiento del Pleno de investidura de Carles Puigdemont ha sido una decisión unilateral del presidente de la Cámara autonómica, Roger Torrent, que no ha consultado con el candidato, fugado a Bruselas, ni con su partido. De ahí que, en estos momentos, exista un gran malestar en JxCAT y haya comenzado con ERC, partido al que pertenece Torrent, una batalla que venía soterrada desde semanas atrás.
En JxCAT se considera que se dan las condiciones políticas para celebrar hoy mismo el Pleno de investidura. «La democracia no se suspende. Pero el Pleno sí», ha escrito con ironía en Twitter, el director de Comunicación del PDeCAT, Toni Ara.
“La democràcia no se suspèn”. Però el Ple sí.
— Toni Aira🎗 (@toniaira) 30 de enero de 2018
Puigdemont no le ha cogido el teléfono
En la filas de la candidatura de Puigdemont se valora que Torrent se haya comprometido públicamente a no presentar otro candidato alternativo al expresident, pero tienen la mosca detrás de la oreja puesto que la decisión de la suspensión «no ha sido consultada ni comunicada previamente con los representantes de JxCAT». Creen que «se dan las condiciones política para celebrar el Pleno de investidura hoy mismo».
Según fuentes de ERC, Torrent ha tratado de comunicar previamente su decisión a Puigdemont. No lo ha conseguido (al parecer Puigdemont no le ha cogido el teléfono hasta en cinco ocasiones) y ha optado por realizar el anuncio público antes de que el candidato a la investidura conociera la decisión por él directamente. A la hora de redactar esta información, Puigdemont aún no ha reaccionado al aplazamiento del debate.
El aplazamiento de la investidura le permite a Torrent evitar el choque frontal con la legalidad, nítidamente perfilada en las condiciones que el Tribunal Constitucional impuso el pasado sábado para la investidura del candidato prófugo. Y abre un periodo de incertidumbre, pues el reglamento del Parlament le habilita a un aplazamiento sine die. Además, existen dudas sobre cuándo comienzan a correr los plazos para una nueva convocatoria electoral, meta que comienza a vislumbrarse en el horizonte si Torrent mantiene su palabra de no presentar otro candidato que no sea el inviable Puigdemont.
A ERC no le interesan nuevas elecciones
En la batalla soterrada que JxCAT y ERC mantienen por la hegemonía del electorado independentista, Carles Puigdemont juega con ventaja. A los exconvergentes no les preocupa que el bloqueo institucional al que puede conducir la investidura de su líder termine desembocando en unas nuevas elecciones. Una cita a la que los republicanos acudirían mermados, con Oriol Junqueras en la cárcel, Carles Mundó ya fuera de la política para evitar la prisión, y Carme Forcadell y Dolors Bassa, planteándose su futuro político por la misma razón.
Puigdemont está convencido de que unas nuevas elecciones le terminarán fortaleciendo aún más. Y debilitando, por contra, a sus adversarios en el bloque secesionista, que aparecerán ante la opinión pública como los culpables de no haber permitido la investidura del ‘presidente legítimo’ de Cataluña.
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