Puigdemont no asistirá a la investidura y dejará que un compañero de grupo lea su discurso
El candidato de Junts per Catalunya a la presidencia de la Generalitat, Carles Puigdemont, ya tiene decidida su posición respeto al pleno de investidura que se tiene que celebrar la semana que viene, y descarta viajar hasta a España para leer su discurso y someterse a la votación del pleno. Así lo confesó el mismo Puigdemont a varios dirigentes del PDeCAT, de visita en Bruselas este miércoles. El encuentro de carácter privado se celebró horas después de reunirse con el presidente del Parlament, Roger Torrent, y tras asegurar en rueda de prensa que “todas las opciones están abiertas”, incluso la de asistir al pleno de forma presencial.
Puigdemont, que optará por delegar la lectura de su discurso de investidura en un miembro de su grupo parlamentario, no hará oficial su postura hasta el último momento, dejando en suspenso su posible llegada, lo que ha provocado que se movilice a decenas de agentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. De esta forma, sin anunciar si va a estar presente o no en el pleno, evita que ningún grupo o el propio Gobierno de la nación, presenten un recurso al Tribunal Constitucional antes de la celebración del pleno y este pueda ser suspendido, como ya ocurrió meses atrás.
La postura del ex presidente llevará a Moncloa así como a la mayoría de grupos de la oposición a recurrir el pleno de investidura al TC, que podría suspender sus efectos de forma inmediata hasta estudiar al detalle lo sucedido. Eso evitaría que el rey Felipe tuviese que firmar su nombramiento a raíz de una investidura de dudosa legalidad.
Así como Puigdemont tiene su decisión tomada, caso bien diferente es el de los ex consejeros y diputados huidos a Bruselas. Ayer tres de ellos, Toni Comín, Clara Ponsatí y Lluís Puig, se vieron también con Torrent, aunque el presidente de la cámara aseguraba que no habían tratado su posible renuncia al escaño. Comín, de ERC, se resiste a dejar su acta por lo que le supone económicamente. Ponsatí, ayer con un rostro muy serio, evitó hablar con la prensa, mientras que Lluís Puig, en conversación con OKDIARIO, explicó que «hasta el último momento todo esta abierto», aunque reconoció que se inclina por dejar el escaño por culpa de las presiones.
La otra diputada en Bruselas, la ex titular de Agricultura Meritxell Serret, también de ERC, se acercó ayer a la sede de la Alianza Libre Europea, el lugar donde los ex miembros del Govern se reunieron con Torrent. En un mensaje en su perfil de Facebook, su pareja y diputado de ERC por Tarragona, Ferran Civit, aseguraba que viajaba esta miércoles por la noche a Bruselas y explicaba enigmáticamente que “para volver bien cargado el lunes”.
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