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PSOE

Puig levanta a los barones contra Sánchez: «Nos jugamos la reelección con los impuestos»

  • Joan Guirado
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

La política fiscal amenaza con ser el nuevo quebradero de cabeza de Pedro Sánchez y el PSOE. Con la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, dando los últimos retoques al Proyecto de Ley de los Presupuestos, y con la previsión de anunciar más subidas de impuestos este mismo jueves, los barones del partido han empezado a descolgarse rompiendo así la estrategia gubernamental. Todo para no quedar atrás en la carrera hacia las urnas. «Nos jugamos la reelección con los impuestos», recordaba este martes un barón a este diario que, además, pone sobre la mesa «la necesidad de afrontar ya la reforma de la financiación territorial». El tema económico, que Sánchez pretende liderar y controlar, es donde se centra la batalla electoral del año 2023. Y lo que puede provocar la ruptura total con sus barones.

Algunos de ellos, pese a las críticas que en su día lanzaron contra el PP, hacen suya la propuesta de rebajar el IRPF para compensar la inflación deflactar-, que propuso inicialmente Isabel Díaz Ayuso. Todos lo criticaron en tromba. Aunque ahora opten por ello para evitar una mayor pérdida de votos en las urnas de mayo. Los sondeos les advierten de que pueden perder hasta cinco gobiernos autonómicos. Ximo Puig ha sido el primero de los barones socialistas en anunciarlo. Pero no será el último que opte por esta medida que tiene tanto rechazo por parte del Gobierno. Pese al enfado que el anuncio ha generado en La Moncloa, intentando evitar cargar contra el presidente valenciano, pero recordando que lo que dijo «no fue consensuado». El entorno de Sánchez lamenta «la ola de competencia fiscal».

Emiliano García-Page, que, como Puig lo descartaba hace tan sólo unos días, también estudia la posibilidad tras la veda abierta por su compañero valenciano. Y esperará a anunciarlo, según fuentes de su entorno, en el Debate de Política General que se celebrará la semana que viene en las Cortes de Castilla-La Mancha, en Toledo. Así pues, dos de los dirigentes más críticos con Sánchez, Puig y Page, se ponen al frente de una rebelión fiscal por parte de los barones que desespera en Moncloa y en el Gobierno. Es un «primer aviso», advierten algunos de estos barones, al líder del PSOE. Para que «nadie se atreva a meter mano» en sus «campañas».

Lo más seguro, tal como avanzó OKDIARIO hace unos días, es que tras Ximo Puig, el próximo en sumarse sea el extremeño Guillermo Fernández Vara, uno de los más serviles al secretario general del partido a día de hoy. En Baleares o Asturias, por ejemplo, Francina Armengol y Adrián Barbón descartan seguir los pasos de sus compañeros. También la riojana Concha Andreu, tras una llamada de Ferraz, cierra la puerta a una bajada inminente pese a que lo valoró a principios de esta semana.

Esta disparidad de posiciones entre los dirigentes territoriales socialistas, sobre todo a partir de la salida de tono del valenciano Puig, obliga al Ejecutivo, mientras pide «responsabilidad a todos», tomar cartas en el asunto. Aunque aún no se sabe bien en qué dirección. El «día de hoy será clave» y «no se descarta ningún nuevo giro». Aunque la previsión es que Hacienda no toque el IRPF a la baja, hay que esperar hasta el jueves, cuando Montero detallara las medidas que impulsará vía Ley de Presupuestos y a través de otros mecanismos. Nadie se atreve a vaticinar nada.

Aunque este martes, la portavoz del Gobierno Isabel Rodríguez, que ha venido a llamar irresponsables a todos los presidentes autonómicos que han decidido rebajar los impuestos que pagan los ciudadanos al pedir «responsabilidad fiscal a todos», ha recordado que «cada vez que se abre el debate de recortar impuestos, hay que abrir el debate de en qué ahorrar, y este Gobierno no quiere recortar derechos y prestaciones».

La también ministra de Política Territorial ha manifestado que «la política fiscal no tiene otro fin que la justicia social, «ya que «no estamos en una política de rebaja a los que más tienen». La portavoz gubernamental ha sido especialmente crítica con que «no se produzcan regalos fiscales a cambio de cargar más sobre la clase trabajadora» porque, a su juicio, «la política fiscal no se puede diseñar en abstracto».