España

El PSOE se resigna a presidir su comisión territorial tras el rechazo del PNV

  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El Partido Socialista asume ya que tendrá que asumir la presidencia de su comisión territorial, ante el rechazo del PNV. Los socialistas han intentado hasta el último momento que la formación vasca presidiese la que será su apuesta estratégica para la legislatura. Pero los peneuvistas no están por la labor, lo que conduce, inevitablemente-y salvo sorpresa de última hora-a que el propio PSOE asuma esa presidencia.

La comisión arranca así ciertamente descafeinada. Este mismo lunes, los partidos habrán de remitir la lista de sus representantes. Y a partir de ahí, corresponde a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, marcar el ritmo de la constitución.

El PSOE comunicó esta pasada semana su plan de trabajo, que se divide en cinco bloques de estudio, entre ellos, uno para analizar la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut, que en 2010 declaró inconstitucionales 14 artículos de la ley catalana. Los otros temas a tratar en la comisión serían un balance del modelo autonómico, ordenación de competencias, nomenclatura de las comunidades autónomas, financiación autonómica y autonomía local.

El organismo trabajará durante seis meses, hasta elaborar unas conclusiones que serán trasladadas para su aprobación al Pleno del Congreso. El partido ha designado a sus representantes en la comisión, que serán la vicesecretaria general del partido, Adriana Lastra (portavoz), el exlendakari Patxi López (portavoz adjunto), Meritxell Batet, José Enrique Serrano, Susana Sumelzo, Gregorio Cámara, Pilar Cancela, Artemi Rallo y Sofía Hernanz.

La comisión contó, en su aprobación, con el rechazo de Ciudadanos y ERC. Los de Rivera decidieron finalmente para participar, aunque dejando claro que no participarán en «pasteleos» con quienes «han dado un golpe a la democracia», en referencia al PDeCAT. Los republicanos se mantuvieron en su negativa.

A esas bajas se han sumado, ahora, la de los convergentes y la de Podemos. Su líder, Pablo Iglesias, anunció esta semana que dejará «en suspenso» la participación de su partido en esa comisión al considerar que el foro «no es un marco viable de diálogo» si se aplica el artículo 155 de la Constitución o hay una declaración unilateral de independencia (DUI). Según el dirigente podemita, que siempre ha insistido en abrir un espacio de diálogo entre el Gobierno central y autonómico, éste no tiene sentido en un escenario de intervención de autonomía o de proclamación de la independencia.

Pese a las deserciones, el PSOE está decidido a no renunciar a la que es su gran apuesta para defender su postura territorial, que, básicamente, pasa por una reforma de la Constitución para el Estado federal, y por el concepto de plurinacionalidad, discutido desde el Gobierno.

La portavoz parlamentaria, Margarita Robles, ha restado importancia a la intención de no participar se ha mostrado convencida de que al final «todo el mundo participe», aunque «al principio pueda haber algunas dudas».

Los socialistas nunca han ocultado que su deseo era que esta comisión estuviese presidida por el PNV, partido nacionalista pero sin la connotación de los independentistas catalanes. De hecho, aunque es evidente que Cataluña centrará buena parte de los trabajos, el empeño es evitar que los monopolice. Y en eso, la presidencia peneuvista aseguraba un tono de pluralidad interesante a vistas de Ferraz.

Sin embargo, las reticencias del PNV a participar en un foro promovido por el PSOE-partido que apoya el 155-y con el respaldo del PP son evidentes. Durante este tiempo, solo ha habido largas, que hacen prácticamente impensable que el partido recule a última hora.

Por su parte, Iglesias trata también de marcar distancias con el PSOE, y el rechazo a esa comisión es una parte más de su estrategia. Los podemitas han endurecido su tono contra los socialistas en los debates parlamentarios, a quienes acusan de alinearse con el Gobierno para intervenir en Cataluña.

De hecho, su mensaje más duro tras la activación del 155 no fue para el Ejecutivo.  El secretario de Organización, Pablo Echenique, advirtió a Pedro Sánchez: «Todo eso no lo va a olvidar la ciudadanía». «La gente no lo va a olvidar», dijo en alusión a su apoyo al Gobierno.

Iglesias, por su parte, acuñó para socialistas, PP y C’s un nuevo concepto: «bloque monárquico», que, escribió en Twitter, «sólo revela su incapacidad para ofrecer soluciones y aleja aún más a Cataluña de España».