España
Ley de Amnistía

Nueva humillación de los socios a Sánchez: el PSOE registra la Ley de Amnistía en solitario

ERC se ha negado a estampar su firma en la proposición registrada, por lo que el PSOE la firmado en solitario para evitar que afloren discrepancias

  • Joan Guirado
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

La Ley de Amnistía ya está registrada en el Congreso de los Diputados con la única firma del portavoz parlamentario del PSOE, Patxi López. Los socialistas se han quedado solos en el registro de la norma. Ninguno de sus socios, como esperaban los de Pedro Sánchez, han decidido estampar su firma, ya que «todavía estamos estudiándola» explican fuentes de ERC a este periódico, tras algunos cambios introducidos a última hora por Junts que posibilitarán el regreso de Carles Puigdemont de inmediato.

Además del PSOE, la iniciativa iba a llevar la firma de Sumar y de los socios independentistas de Esquerra (ERC), Junts y Bildu y de los nacionalistas del PNV y del BNG, pero obtener el visto bueno de todos estos grupos ha ido retrasando hasta última hora el registro del texto. De hecho, uno de los socios relevantes del acuerdo, ERC, se ha negado a estampar su firma en la proposición de ley registrada, según aseguran a este periódico fuentes gubernamentales. Ese hecho inoportuno ha sido determinante para que el PSOE decidiera registrar solo la propuesta de ley en el Congreso: para evitar que salieran a la luz discrepancias en el seno de los socios de Gobierno.

Por eso, el Partido Socialista ha optado por el registro en solitario con el fin de que la Mesa y la Junta de Portavoces, que se reunirán este martes al mediodía, pueda tramitar la norma en menos de 24 horas. Lo habitual es que se requiera una semana entre el registro y el visto bueno de los órganos de dirección del Parlamento.

Un trabajador del PSOE ha registrado este lunes por la tarde lo que los socialistas denominan «Ley Orgánica de Amnistía para la normalización institucional, política y social en Cataluña», que, según ellos «permitirá cerrar las causas judiciales abiertas a independentistas catalanes» desde el día 1 de enero de 2012 hasta la actualidad, lo que incluye, tanto la preparación de la consulta soberanista de 2014, como el proceso del referéndum ilegal del 2017 y todas las posteriores contra la sentencia del Tribunal Supremo.

Al ser una proposición de ley de grupos parlamentarios -en este caso del PSOE-, el texto no lleva informes del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) o del Consejo de Estado que serían obligatorios para el Gobierno si se hubiera presentado como proyecto de ley del Ejecutivo. De hecho, la propia proposición requiere que sea tramitada por las Cortes con carácter de urgencia, lo que no hace necesaria la inclusión de informes por parte de los órganos competentes para ello.

La decisión de registrar la ley en solitario hace decaer la argumentación que el ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, utilizó la semana pasada para despachar al comisario de Justicia de la Unión Europea, Didier Reynders, que pidió detalles al Ejecutivo sobre la misma. Bolaños, que ha sido el encargado de detallar a la prensa el contenido sin ocupar cargo en el grupo parlamentario, argumentó que era una cosa del Congreso y no del Gobierno. Ahora se demuestra que no es así.

La negociación de la Ley de Amnistía ha sido la más complicada en todo el proceso para lograr los apoyos de cara a la investidura de Pedro Sánchez. La madrugada del pasado domingo a este lunes Junts y el PSOE cerraron el contenido de la misma en una reunión nocturna para que a lo largo de la jornada se pudiera registrar en la Cámara. Los cambios introducidos son los que han hecho que otros grupos se hayan negado a firmar hasta que no revisen el texto «con detenimiento». Los socios han recibido el documento a lo largo de la mañana de este lunes aunque, desde el PSOE, el secretario de Organización, Santos Cerdán, aseguró el pasado sábado en Málaga que «estaba todo cerrado».