España

PSOE y Podemos se negaron en noviembre a hacer un estudio de seguimiento de las distintas cepas

Las nuevas cepas del Covid atemorizan al mundo. Su virulencia preocupa y las dudas sobre la protección de las vacunas frente a las mutaciones es analizada con urgencia por todos los laboratorios. Pero, mientras, el PSOE y Podemos consideraron una pérdida de tiempo el desarrollo de este estudio cuando se lo exigieron el pasado mes de noviembre Vox y PP.

La propuesta llegó al Congreso de los Diputados el 11 de noviembre. Aún no habían saltado a las portadas de los periódicos ni la variante británica, ni la sudafricana, ni la brasileña. Pero los científicos sí estaban ya preocupados por las distintas cepas del Covid.

La proposición no de ley fue impulsada por Vox. En concreto, por sus diputados Macarena Olona y Juan Luis Steegmann. El PP se sumó a la iniciativa. El contenido no era otro que pedir el respaldo al Parlamento para exigir al Gobierno la realización de todo un estudio de seguimiento de las distintas cepas del virus ante la evidencia de que uno de los graves problemas que podían surgir con el Covid es su mutación.

La fecha de la proposición fue el 11 de noviembre de 2020. A la exposición de motivos aclamaba que “en la epidemiología genómica la elaboración de perfiles del genoma completo a gran escala permite identificar indicadores diagnósticos de enfermedades comunes y, por ende, definir los factores de riesgo y el avance de la enfermedad, así como comprender por qué se obtienen respuestas distintas con el mismo tratamiento”.

La petición de la oposición destacaba que «la primera oleada de la pandemia estuvo dominada por hasta nueve genotipos del virus, lo que ha permitido colocar a España como el segundo país europeo y cuarto del mundo en número de secuencias generadas del virus”.

Red Española de Vigilancia de Genómica Microbiana

Por ello, reclamaba instar “al Gobierno” a establecer “una Red Española de Vigilancia de Genómica Microbiana, que permita la interacción entre laboratorios de genómica, microbiología, y departamentos clínicos y de medicina preventiva, tanto en hospitales públicos como privados”.

La proposición reclamaba del Gobierno, igualmente, “permitir el acceso a muestras, para su análisis en tiempo real” y “crear un sistema informático con estructura de datos digitalizada, centralizada y accesible que permita a los laboratorios de genómica el acceso a los datos de los pacientes para:
implementar las variables de estudio. Ligar los casos secuenciados con la información individual disponible en otras bases de datos y de esa forma realizar estudios estadísticos complejos, tal como sugieren los investigadores de SEQCovid”.

Por último, pedía apoyo del Parlamento para exigir el Ejecutivo “la dotación presupuestaria suficiente, tanto en personal, como en aparataje y en material fungible, para cumplir los objetivos anteriormente expuestos”.
Ese estudio hubiese permitido hacer un seguimiento de las distintas mutaciones y cepas, algo, en estos momentos, imprescindible para poder sostener las afirmaciones de Fernando Simón en las que asegura que las nuevas cepas no están teniendo incidencia en la escalada de la enfermedad.

Sin ese estudio, las aseveraciones del director del Centro de Alertas forman simplemente parte del historial de frases de Simón.

Hay que recordar que las primeras muestras del descontrol del Gobierno con las nuevas cepas ya se han materializado. Y es que, pese a las nuevas cepas de coronavirus de Brasil y de Sudáfrica, el Gobierno de Pedro Sánchez persiste en la estrategia de no hacer nada para evitar la propagación del Covid.

En el inicio de la crisis, negó que el propio virus pudiese ser un problema y mantuvo abiertas las fronteras internacionales, lo que provocó la llegada de casos procedentes de China o Italia. Después, pese a los avisos de los epidemiólogos acerca de su alto poder de contagio, infravaloró la entrada de la cepa procedente de Reino Unido. Ahora, el Ejecutivo va otra vez por detrás del avance del virus en lo que respecta a las variantes identificadas en Brasil y Sudáfrica.

Desde el pasado 23 de diciembre, cuando trascendió a la opinión pública una nueva mutación del virus, preocupante para los expertos, hasta el pasado 18 de enero, han llegado a España 49 vuelos procedentes de Brasil, donde ha surgido esa nueva cepa. En los últimos días se estudia una nueva mutación, que tendría su origen en la Amazonía brasileña. Ambas comparten un elemento preocupante: la mutación ‘E484K’, que podría ‘escapar’ a los efectos de la inmunización.

La cepa identificada a finales de diciembre se localizó en el estado de Río de Janeiro, una de las regiones más golpeadas por la pandemia en Brasil. El país es actualmente el segundo con más casos en el mundo -cerca de 7 millones de contagiados- sólo por detrás de EEUU. El número de fallecidos asciende a 181.123, según recoge el Ministerio de Sanidad español.
Tras el descubrimiento de la variante, los investigadores alertaron de su posible diseminación por todo el Estado y expresaron su preocupación sobre la rapidez de propagación.

Variante identificada en Japón

En los últimos días, la Fundación Oswaldo Cruz, el mayor centro de investigación médica de Latinoamérica, confirmó la identificación y circulación de una nueva variante, originaria en el estado del Amazonas.
Esa variante fue identificada también en Japón, después de que cuatro viajeros nipones visitasen la región amazónica brasileña. Los investigadores señalan que las muestras analizadas acumulan un número «inusual» de alteraciones genéticas que la «asemejan al patrón observado» en las variantes de Reino Unido y Sudáfrica. Esas variantes, añaden, son «un fenómeno reciente, probablemente ocurrido entre diciembre de 2020 y enero de 2021».