Crisis del coronavirus

Los presos de ETA también quieren ser desconfinados: exigen a Sánchez su acercamiento al País Vasco

Usan la crisis sanitaria como argumento para que el Ejecutivo aplique "sin dilación" la política "flexible" en las cárceles

Marlaska defiende que se aplique la «flexibilidad de grado» a los presos de ETA más peligrosos

Pedro Sánchez etarras
Pedro Sánchez.

Los presos de ETA exigen al Gobierno su acercamiento inmediato a las cárceles del País Vasco para que «la sociedad vasca camine hacia la normalización». La ‘nueva normalidad’ de los terroristas pasa porque el Ejecutivo de Sánchez alivie «los días de confinamiento y las dolorosas consecuencias» de la pandemia excarcelando a los internos con enfermedades y trasladando al resto, durante la desescalada, a centros penitenciarios vascos y navarros «sin mayor dilación».

En un comunicado del colectivo Etxerat, las familias y allegados de los presos etarras manifiestan su «inquietud» porque transcurridos más de «40 días desde que declarara el estado de alarma» en España, el Gobierno no ha puesto en marcha «ninguna de las medidas específicas» recomendadas por los organismos internacionales. Por lo que exigen al Ejecutivo que proceda a la «excarcelación de presas y presos en situación de libertad condicional y buscando medidas alternativas a las penas privativas de libertad».

Además, instan a la «liberación de las presas y presos encuadrados en los dos de los grupos» más «vulnerables». Esto es: los diagnosticados con «graves enfermedades» y «los mayores de 65 años». Pese a que el propio ministerio del Interior reconoció en un informe de 2019 que, en la actualidad, no hay ningún condenado etarra que cumpla los requisitos para

«Las únicas medidas adoptadas por las autoridades penitenciarias son las que elevan la reclusión y recortan los lazos familiares, pero ni una sola de las necesarias para reducir la exposición al contagio de las personas encarceladas. Sabemos con certeza que, sobre su condición de personas, ha prevalecido su condición de presos», presionan al Gobierno desde Etxerat.

Flexibilización 

Los presos etarras son conscientes de que Instituciones Penitenciarias defiende la aplicación del «principio de flexibilidad» -que permite adoptar para cada penado un modelo de ejecución de la condena en el que puedan combinarse aspectos de distintos grados de clasificación- incluso en el caso de los presos de ETA clasificados en primer grado, el más duro de las cárceles. Por ello, exigen al Gobierno que aplique el criterio y les acerque para evitar el distanciamiento «innecesario» de sus familias durante más tiempo. Una vez se reactiven las visitas a las cárceles, la limitación intraprovincial de los desplazamientos prevista para la desescalada es un «castigo» adicional a su situación, dicen los familiares de los terroristas.

A fecha de 30 de noviembre de 2019, en prisión había 221 presos de ETA, ocho de ellos preventivos y doce menos que en agosto de 2018, por cumplimiento de penas o por resultar absueltos. En primer grado estaban clasificados 166 etarras (eran 203 hace año y medio). Según datos facilitados a OKDIARIO por Instituciones Penitenciarias, 47 presos de ETA mejoraron de grado desde que Sánchez llegó a La Moncloa, en junio de 2018. Además, 35 fueron excarcelados. El número de internos acercados a su lugar de origen ascendió a 34.

Sobre el número de presos de ETA «en valoración para progresar de grado en los próximos meses y en valoración para ser acercados a sus lugares de origen», el departamento de Marlaska alega que dichas decisiones «se adoptan previa propuesta de las Juntas de Tratamiento de los centros penitenciarios con motivo de las periódicas revisiones de grado» y atendiendo al «principio de individualización científica de las penas».

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