España
Instituciones penitenciarias

El perfil del preso del vídeo de la cárcel de Villena: agresor sexual con 50 incidentes en prisión

Se trata de un interno muy conflictivo de 24 años condenado por agresión sexual, abuso sexual, robo con violencia y lesiones

Los funcionarios investigados no recurrieron al equipamiento especial para reducciones y usaron defensas poco dañinas para el preso

Lo que Interior no ha contado del vídeo filtrado de la cárcel de Villena: “¡Venid a por mí cabrones!”

Interior provoca «un estado de violencia» en la cárcel al filtrar el vídeo de la reducción de un preso

  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

La investigación de una reducción grabada por las cámaras de seguridad de la cárcel de Villena trata de demostrar que los funcionarios de la cárcel se emplearon usando una violencia gratuita con un interno. Pero es que además se han alimentado las sospechas de que una asociación profesional de trabajadores penitenciarios estaría detrás de las amenazas a una trabajadora que ha testificado sobre la citada grabación. Poco o nada se ha contado sobre el contenido y sobre uno de los protagonistas del vídeo, el propio preso. OKDIARIO ha tenido acceso a su historial delictivo y penitenciario. La última vez que entró preso fue en noviembre de 2016, tiene 24 sanciones firmes dentro de la cárcel, un expediente de expulsión del país pendiente de ejecución y cumplirá su condena a mediados del próximo mes de octubre. Es un agresor sexual condenado y tiene en sus antecedentes otros delitos como abusos, robo con violencia y lesiones.

El vídeo que tras encontrarse bajo la custodia de la dirección de la cárcel de Villena fue filtrado a varios medios de comunicación a principios de mes mostraba a varios funcionarios reduciendo a un interno. Ante ojos extraños y no acostumbrados a este tipo de situaciones la reducción pareció desproporcionada, casi una tortura, pero la imagen fue juzgada sin conocer los precedentes ya revelados por este periódico. Ahora lo que es necesario es describir al preso al que se enfrentaron los funcionarios y si realmente usaron métodos de reducción proporcionales o no.

Si empezamos por lo último este periódico ha tenido acceso a imágenes e información que aclaran mucho qué tipo de medios se emplearon para reducir al interno que, tal y como explica OKDIARIO, comenzó agrediendo, escupiendo e insultando a los funcionarios. Los funcionarios disponen de equipamiento especial ‘antidisturbios’ que están autorizados a emplear en situaciones de extrema violencia dentro de prisión. En la imagen se aprecia claramente que este no es equipo que portan los funcionarios el 16 de agosto en el vídeo filtrado de Villena. Pero sí que llevan porras con las que reducen al interno. Esto es lo que las fuentes consultadas por este diario comentan sobre esas porras, o como es más correcto definirlas, defensas.

Equipamiento antidisturbios al que no recurrieron los funcionarios de Villena para reducir al interno del vídeo.

Defensas sin núcleo rígido

“Las defensas de goma reglamentarias que nos proporcionan son sin núcleo rígido, están diseñadas para no lesionar salvo que alcances un dedo, la nariz, una oreja etcétera. Evidentemente se puede quedar la zona de impacto algo roja, pero no produce muchas veces ni la aparición de un cardenal. Las de la policía sí que son duras y con un golpe ves las estrellas, las que salen en el vídeo son cortas y se doblan con facilidad”. Los datos que aporta esta fuente a este periódico encajan con que el interno no tuviera lesiones cuando el mismo día de la reducción lo revisó el médico de la cárcel de Villena.

La duda que se plantea es si los funcionarios sabían de la violencia con la que se iba a emplear este recluso contra ellos y parece que sí, que así era. El interno, un joven de 24 años, había protagonizado varios incidentes durante el último mes en la cárcel, pero tras la dimensión que ha adquirido la noticia en los últimos días este periódico ha querido averiguar de quién estamos hablando exactamente.

Se trata de un preso nacido en 1997 y cuyo último ingreso en prisión data de octubre del 2016, prácticamente recién cumplida su mayoría de edad. A prisión ha ido para cumplir penas en ejecutoria por agresión sexual, abuso sexual, robos con violencia y lesiones. Los primeros delitos debieron ser en grado de tentativa porque sólo así se entiende que su fecha de final de condena sea el próximo 17 de octubre de 2021, dentro de un mes.

Pero si graves fueron los hechos que lo llevaron a prisión, dentro no ha perdido el tiempo precisamente. Cincuenta reseñas en cinco cárceles distintas y un total de 24 sanciones firmes son el prólogo del historial penitenciario de este preso. Insultos, amenazas y coacciones a un funcionario, agresiones a otros internos, agresiones a funcionarios, destrucción de mobiliario, intervención de armas y objetos prohibidos son algunos de los ilícitos cometidos en prisión, lo que le ha costado pasar por régimen de aislamiento las más de 20 veces que ha sido sancionado. Hace menos de una semana, el día 10 de septiembre, se le intervino un pincho fabricado con un tornillo, un mechero y cinta aislante. Otra muesca en su grueso expediente.

Lo curioso de esta historia es que Interior ha querido fijarse ahora en lo ocurrido en Villena cuando este recluso ha sido reducido en idénticas circunstancias en varias cárceles del país. De hecho, el último incidente grave que protagonizó anteriormente a lo ocurrido en agosto en Villena se produjo en la cárcel de Murcia. Allí fue reducido y castigado por la falta tipificada en su expediente como “agredir, amenazar o coaccionar a otras personas”. Por qué entonces no se filtró a los medios aquel hecho sólo lo saben los responsables penitenciarios dependientes del Ministerio del Interior.