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Iglesias se queja por la pintada de «coletas rata» tras afirmar que había que «naturalizar el insulto»

Podemos y Pablo Iglesias han montado una campaña en sus medios afines y en redes sociales contra el supuesto acoso sufrido durante sus vacaciones en Asturias. La única prueba que han difundido desde la formación morada ha sido una pintada en una carretera que da acceso a la localidad asturiana de Lena con la consigna «coletas rata». El pasado 7 de julio, Iglesias afirmó que se debía «naturalizar la crítica y el insulto» hacia «cualquier persona pública», como es su caso.

Así lo aseguró en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que se celebró ese día. «Hay que naturalizar que en una democracia avanzada cualquier persona pública o con responsabilidades en la empresa privada esté sometido a la crítica o al insulto en las redes sociales», aseguró el ahora vicepresidente segundo.

Pablo Iglesias se expresó de esta forma sobre los ataques jaleados por Podemos hacia periodistas como Vicente Vallés o Eduardo Inda, director de OKDIARIO, por publicar informaciones contrarias a los intereses de Podemos. «Creo que es normal en una sociedad democrática que se produzcan críticas y que, incluso, todos los que tenemos una presencia pública y una relevancia a la hora de de participar en los debates, y ahí los profesionales de los medios de comunicación, algunos, lógicamente la tienen, pues creo que la crítica es una cosa normal y propia de las democracias. E incluso las cosas desagradables que vemos en las redes sociales y que no nos gustan a nadie también son normales y yo no sería partidario de que eso se pudiera perseguir», añadió el líder de Podemos.

Después de sostener que se debe «naturalizar la crítica y el insulto» hacia los dirigentes políticos, Pablo Iglesias e Irene Montero, ministra de Igualdad y pareja sentimental, decidieron suspender sus vacaciones veraniegas en Asturias por el supuesto «acoso fascista» sufrido. La única prueba de este supuesto escrache y que varios dirigentes podemitas se encargaron de difundir fue una pintada de «coletas rata» en una carretera que da acceso a la localidad asturiana de Lena, un insulto que hasta hace no mucho Iglesias defendía que había que «naturalizar».

«La extrema derecha y ciertos medios»

Pablo Iglesias reaccionó en las redes sociales para culpar a la «extrema derecha y ciertos medios » de este supuesto escrache. Lo hizo a través de un mensaje en el que dice que el «victimismo» no va con él, pero que consigue el efecto contrario.

«Lo que hace a nuestra familia la extrema derecha y ciertos medios es grave, pero hay que poner cada cosa en su contexto. Hay gente que ha pagado con su libertad, con su vida o con torturas defender sus ideas y hacer política. No es nuestro caso. No hay derecho a que mis hijos tengan sufrir las consecuencias del compromiso y las tareas políticas de sus padres, pero hay millares de niños en situaciones mucho más vulnerables. No va conmigo el victimismo», ha escrito el vicepresidente segundo en sus perfiles sociales.

«Su odio y sus amenazas no frenarán nuestro trabajo», advirtió Iglesias, «el ejemplo de la gente corriente, honesta y valiente que no tiene miedo al fascismo, es para nosotros la mayor motivación para continuar».

«Jarabe democrático»

Pablo Iglesias fue el principal ideólogo de varios escraches que sufrieron dirigentes del PP antes de que Podemos irrumpiera en la política nacional. El ahora vicepresidente segundo defendió los escraches a políticos de la derecha por ser «el jarabe democrático de los de abajo».

El tuit de Pablo Iglesias con el que defendía los escraches.

Irene Montero también defendió el acoso a los dirigentes del PP años atrás. «Escrache no es acoso, es interpelar a los diputados para que hablen con nosotros y no nos den la espalda», aseguró en un mensaje de Twitter en 2013.

Tuit de Irene Montero con el que defendía los escraches.

«Escrache no es acoso, es informar a diputados para que dejen de violar Derechos Humanos», afirmó también Montero en otro comentario publicado también en 2013.

Tuit de Irene Montero con el que defendía los escraches.