CATALUÑA

Más de 250 altos cargos de JxCAT exigen a Borràs que no rompa el Govern para conservar su sillón

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Joan Guirado
  • Joan Guirado
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

La decisión de Esquerra Republicana de respaldar la suspensión de la imputada Laura Borràs como diputada, perdiendo así su condición de presidenta del Parlament, ha abierto una grieta entre los dos socios de coalición en el Govern. En Junts per Catalunya, el partido que preside Borràs, hay quien opina que «esta deslealtad» es «motivo suficiente» para dejar solo a Pere Aragonés. Es la tesis que defiende la hasta hoy presidenta de la cámara catalana. Pero hay una parte importante de JxCAT que lo rechaza. Se perderían más de 250 altos cargos, con sueldos comprendidos entre los 30.398 y los 117.453 euros, que muchos llevan cobrando décadas.

La pérdida de la condición de diputada de Borràs, una vez el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha abierto juicio oral contra ella por varios delitos de corrupción, es vista como «un ataque» y una «deslealtad» por parte de sus socios de ERC.

«No es permisible», manifiestan desde JxCAT. Pero advierten que «la respuesta se tiene que medir bien». Romper el Govern a día de hoy, dejando solo al President Aragonés y empujándole a un adelanto electoral, dejaría a centenares de cuadros junteros sin sueldo y empleo durante varios meses. Y eso podría provocar una fuga hacía la empresa privada de perfiles que después serian difíciles de recuperar.

En concreto, los cargos que dejarían de ocupar sus puestos, son secretarios generales, directores generales, directores de empresas públicas y asesores, además de los consellers y conselleres que están nombrados por parte de Junts. Una legión de militantes que llevan años saltando de responsabilidad en responsabilidad, con la única excepción de los dos gobiernos tripartitos liderados por el PSC. Entonces, algunos de estos 250 altos cargos, fueron recolocados en otras administraciones que dependían de Convergencia.

De salirse del Gobierno autonómico, a diferencia de otras ocasiones cuando se han convocado elecciones, se irían directamente al paro en lugar de ocupar las funciones de forma interina. Eso haría, también, que perdieran su sueldo. En caso de romper y Aragonés decidir agotar el mandato, echándose en brazos de los Comuns y el PSC, el tiempo fuera de sus puestos sería aún mayor.

Romper

Laura Borràs, junto a los diputados Francesc de Dalmases y Aurora Madaula, son los más partidarios de romper el acuerdo de coalición. Ni ellos ni sus respectivos equipos llevan mucho en política y, en consecuencia, no deben al partido su vida laboral. Tienen el respaldo de una parte importante de las bases, los que se incorporaron a Junts sin haber tenido vinculación alguna antes con la extinta CiU.

Frente a ellos, con el secretario general Jordi Turull a la cabeza, dirigentes como Albert Batet, Damià Calvet o Marta Subirà -todos ellos procedentes de las juventudes de Convergencia y que llevan décadas enlazando responsabilidades en la administración pública en forma de nombramientos- rechazan la ruptura y apuestan por mantener la coalición. Pese a la desconfianza que el haber dejado caer a Borràs ha generado.

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