Justiniano Martínez: «Iglesias, Garzón y compañía han engañado a millones de personas, les han timado»
Justiniano Martínez tiene 75 años. “Justi”, como se le conoce en el Partido Comunista y en Izquierda Unida, forma parte de la historia viva del comunismo y sindicalismo en España. Concejal en el Ayuntamiento de Barcelona, diputado del Parlamento catalán, líder sindical, ex secretario general del Partido Comunista en Madrid… ha protagonizado una larguísima vida política que inició en la clandestinidad de la lucha contra el franquismo. Esta semana Justiniano ha querido, en una tribuna publicada en el diario El País, agradecer a Francisco Frutos (ex secretario general del Partido Comunista de España) su intervención durante la última gran manifestación celebrada por el constitucionalismo en Barcelona. Con un “Gracias, Paco”, el ex dirigente comunista ha querido denunciar, amargamente, la desaparición de la izquierda en Cataluña y el uso fraudulento que el independentismo está haciendo del término “preso político”. Y es que él conoce bien de lo que habla. “Justi” es uno de esos “viejos comunistas” represaliados por el franquismo y que soportaron la terrible experiencia de las cárceles franquistas, que en su caso se prolongó durante seis largos años. Justiniano Martínez ha querido charlar con OKDIARIO para reivindicar el papel de una izquierda unitaria, de una izquierda española que ve en los nacionalismos “una traición a la clase obrera”.
P.- Una de las cosas que usted escribió es que “los nacionalismos, grandes o pequeños, son una traición a la clase obrera”. Algo que está molestando a mucha gente de izquierdas es ver a esos presuntos partidos revolucionarios que defienden a la clase obrera abrazar a la derecha más reaccionaria y más insolidaria, ¿no?
R.- Yo he negociado convenios con el jefe de personal de SEOPAN (las grandes empresas de la construcción) en cafeterías, conspirando. Se trataba de ver cómo lograr que no echaran a alguien a cambio de algo. Es decir, con lo más rancio yo estoy dispuesto a negociar. Ahora bien, a cambio de algo, pero no a cambio de vender la patria. Éstos son una pandilla de “vendepatrias”. Y lo digo para que ahora se metan conmigo, que quiero que se metan. Cuando he dicho que yo sí soy un preso político, alguien ha dicho que lo hacía porque estaba presionado…
P.- Bueno, Pablo Iglesias ha dicho que estaba siendo utilizado por la derecha extrema.
R.- Este muchacho debe saber (Pablo Iglesias) que a mí no me ha utilizado nunca nadie, he dicho siempre lo que me ha dado la gana. No voté la Constitución porque no me dio la gana, pero la he respetado. A mí sólo me coacciona mi compañera, María Martínez.
P.- Bueno, y sus hijas.
R.- Y mis hijas. Me gustaría, si me lo permites, aprovechando esta ocasión, darle las gracias a mi familia que me ha aguantado.
P.- Una familia en la que no hay nadie de derechas, todo hay que decirlo.
R.- (Risas) Estuvieron conmigo en la clandestinidad (he estado un montón de años en la clandestinidad, yo era Sergio). Han estado conmigo ahí, han estado conmigo en la época de la cárcel. Yo he hecho todo lo que he hecho gracias a mi compañera, gracias a mi hija Libertad, a mi hija Armonía, gracias a mis hermanas y a mis cuñados.
P.- Sus hijas que se llaman Libertad y Armonía…
R.- A Libertad ya la conoces.
P.- Libertad es maravillosa.
R.- Pero mi Armonía es un sol. Y quería aprovechar para decirles a mis sobrinos, a mis sobrinas, a mis hermanos, a mis cuñados… a todos, que como tú has dicho no hay ninguno de derechas, que muchas gracias por haberme apoyado para llegar donde he llegado. Después de una enfermedad, decidí dejar las responsabilidades del partido y me fui al paro. Tenía 60 años. Luego he seguido siendo militante, he seguido ayudando… hasta que me han echado. Me echaron, a mí y a 5.000 más, para hacer la operación que han hecho. Una operación que hizo Garzón y compañía, con Pablo y compañía. Ésos son los que me han echado. Y esos han engañado a unos cuantos millones de personas, y no voy a recriminar a esas gentes nada, pero les han engañado. Les han hecho el timo de la estampita, les han prometido puentes donde no hay ríos. Y ahora, pienso yo, les harán pagar que no hayan construido el puente.
P.- ¿Usted cree que el tema catalán les pasará factura? Las encuestas apuntan hacia un cierto desgaste electoral.
R.- Yo creo que algo sí, pero no mucho. Es que no hay alternativas. Hombre, sí hay alguna alternativa, si yo estuviera en Cataluña, tendría claro a quién votaría.
P.- ¿A quién?
R.- A Iceta, no me cuesta ningún trabajo decírtelo. Yo no soy de la izquierda del PSOE, soy de la izquierda comunista, pero no hay alternativa en Cataluña por la izquierda que no sea el PSC. Hoy, porque lo otro no es la izquierda. Y, por lo tanto, si yo estuviera en Cataluña, votaría Iceta. Y, a lo mejor, pasado mañana, le estaría diciendo “te reclamo el voto porque la política que estás haciendo no me gusta”.
P.- Bueno, eso seguro.
R.- Pero es que no hay. Paco (Francisco Frutos) decía: ¿Dónde está la izquierda?… Es que no la hay.
P.- Y, ¿qué opina de Garzón?
R.- De Alberto no quiero hablar, de los mindunguis no hablo. Un muchacho que le regalan ser diputado y que le regalan llegar a la dirección echando a la gente… no se merece mi respeto, sinceramente. Nos echaron porque queríamos que hubiera una coalición (y no dejar de ser Izquierda Unida), no queríamos disolvernos, cosa que fue lo que hizo él después. No podíamos estar una serie de gente que hubiésemos hecho coalición, pero con una política distinta a la que hay. Para hacer la política de ellos, nos echaron a nosotros. Y, por lo tanto, no merece mis respetos el compañero éste, Garzón.
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